A Arturo Vidal le pusieron los cuernos antes de viajar a Venezuela

Entre el “Bautizazo”, las amonestaciones infantiles y el choque con el Ferrari en plena Copa América, que inmortalizó la frase “yo estoy bien, mi familia está bien y no fue culpa mía”, varios ya creen que Arturo Vidal tiene metido al colúo en su alma. ¿No será mucho? Igual el “Rey” les dio un nuevo motivo pa’ seguir con esa teoría.

Pero no se me ponga tiritón. No crea que el volante del Bayern Munich se mandó una nueva farra disciplinaria. Sucede que en la noche libre que tuvieron los seleccionades, el “Rey” y su familón celebraron el cumpleaños de María Teresa Matus, pierna suave de Vidal.

En todo caso no crea que fue una junta piola con un par de vinos en caja y unos cuantos choripanes. Es que como el crá no necesita pagar en cuotas, no le costó nadita organizar el manso mambo pa’ festejar a la madre de sus hijos y se rajó con una fiesta de disfraces a todo cachete.

Obviamente el que se llevó todas las miradas fue el propio Vidal, quien con un traje rojo, la cara colorada y unos cuernos en el mohicano dejó claro que la noche del viernes quería hacer travesuras vestido de diablo. Es que, además, su patrona andaba vestida como angelito, para demostrar que ella es la que se porta bien en la casa.

Pa’ ponerle ritmo al carrete, Vidal pescó su celular y llamó al reggaetonero puertorriqueño Ozuna, quien los tuvo moviendo el esqueleto hasta que asomara el car’e gallo.

Otro que se dejó caer en el bacilón fue el pepero jaguar Mauricio Pinilla, que llegó como recién salido de una cárcel gringa: con un overol naranjo y una cadena que unía su cuello con su mano, pinta que calzó justo con el disfraz de la mamá de Vidal, quien iba como una policía del FBI. Varios gritaron “llegó la yutaaaa”.

También estuvieron los familiares de “Marité” y las hermanas del “Rey”. De hecho, Victoria fue una especie de pincesa, pero sin caballo, y Ambar deslumbró como “Pocahontas”. Y ojo, que hasta Fernando Felicevich se puso el elástico: llegó con una máscara blanca y, según cahuinean, le pidieron que no se la sacara más.

“Me gusta disfrutar la vida, estar con mi familia, me gusta hacer otras cosas que no sea fútbol para poder relajarme un poco, porque estar pensando siempre en fútbol cansa mucho. Ahora estoy con muchas ganas y sí lo pasé muy bien ayer”, soltó el “Celia” cuando se le consultó sobre el mambo.

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