Es tanta la diferencia futbolística, atlética y espiritual que existe en la actualidad entre Universidad de Chile y Colo Colo que esta vez no corría para nada eso de que “un clásico es un clásico”. No se trata de decirlo después de la mayor goleada histórica de los azules sobre los albos, porque sobran los testigos a quienes uno les aseguró esto en los días anteriores al partido, entre ellos los lustrabotas del Paseo Ahumada que son magallánicos…
No faltará el hincha del Cacique que dirá que la expulsión del argentino Mauro Olivi fue un error gigantesco del árbitro Patricio Polic y que cuando estuvieron 11 contra 11, el marcador fue 0-0. La “U” quería jugar rápido, más rápido, mientras que Colo Colo lo hacía lento, más lento. Y como no estaba en el estadio Monumental no podía recurrir a los golpes como la última vez, actuó de chico a grande y para ello se instaló a 50 metros de Johnny Herrera.
Si Colo Colo se hubiera puesto 1-0 arriba y con un jugador más, habría persistido alguna duda. Dado que fue al revés, para el Chuncho el asunto fue coser y cantar, porque la distancia entre ambos equipos es semejante a la que existe entre la capacidad de Jorge Sampaoli y la de Ivo Basay -que es quien armó este plantel-, o la de gestión entre Federico Valdés y Hernán Levy.
A ello se debe sumar el “trabajo de la semana”, el cacareado discurso de los jugadores. En el caso de los albos, parece que tuvieron feriado. Cuatro de los tantos recibidos se originaron en tiros libres y centros. Los atacantes azules se aburrieron de ganar por la vía aérea en la zona de Colo Colo. En el primer gol, solo un defensa se puso en la barrera y ya se sabe que en el arco no está el Cóndor Rojas…
Como si no bastara, futbolistas limitados que intentan salvarse con un lujo. El zaguero Christian Vilches quiso pisar la pelota frente a Charles Aránguiz, pero hundió el botín en el pasto y cedió un tiro de esquina. Mathias Vidangossy quiere meter un túnel y termina pegando una patada…
“Donde las dan, las toman”, dice el refrán. Entonces, un juvenil como Igor Lichnovsky debuta en un clásico y a los pocos minutos anota de cabeza. ¿Por qué le dirán Polaco a Igor si su tío el gran basquetbolista Juan Lichnovsky era de Checoslovaquia (nació en Svta Martin)? Tal vez se confunden porque no es el primer Polaco Igor que es fanático de Universidad de Chile…