A José le cortaron el agua por bígamo

A sus 83 años pareciera que no dispara, pero la verdad es que José Molina Molina es la reencarnación en vida de una metralleta de doble cañón.

El galán vive en Quillón, de Conce pa' dentro, está casado con una chiquilla 25 años menor y entre tanto conejo y ternero suelto se acostumbró a ponerle bueno de lunes a lunes.

Pero desde que su señora descubrió que ya estaba casado le cortó el agua y ahora sólo se está dedicando a coser a mano.

El veterano se casó con su primera esposa en la década de los años 40, "pero ella se empezó a poner muy vieja y enferma, así que cuando me di cuenta que ya no se la podía, la dejé", contó Molina.

Mientras estaba separado de su aún esposa, don José tiró el anzuelo en la Plaza de Coihueco y picó una madurita con la que terminó casándose.

"Un día pasé por la Plaza de Coihueco y vi a una flaca de como unos 60 años. Estaba sentada en una banca, me puse al lado y después de un rato le pregunté si era soltera. Ella me dijo que sí y le expliqué que yo necesitaba una mujer para la casa, que me cocinara. La cosa es que se fue a vivir conmigo y al rato nos casamos", recordó.

Pero al teclo se le acabó la cueca en los últimos días, cuando su señora estaba ordenando los cachureos de la casa y encontró su secreto mejor guardado: el certificado de su primer matrimonio.

La comadre sapeó a Pepito Paga Doble con los carabineros y éstos lo entregaron a la Fiscalía de Bulnes por bigamia.

Molina fue llevado a juicio, pero libró piola debido a que en el Hospital de Chillán lo declararon inimputable siquiátricamente por su avanzada edad.

Consultada sobre el culebrón, la fiscal Maritza Camus explicó a La Cuarta que "él se casó por primera vez en los años 40 y los registros computacionales no llegan hasta esa fecha, y por eso cuando se casó de nuevo figuraba como soltero".

Ahora, después de este episodio el tata contó que se arrepiente.

- No ve lo que le pasa por picado de la araña...

- Sí sé, esto fue un castigo del diablo. Yo debí haber seguido de conejo y no haberme casado con otra.

- ¿Y va a seguir el leseo?

- Claro, pero sin casarme.

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