Era inevitable. El discurso oficialista "vamos a sacarlos la primera semana de noviembre" estaba más gastado que cidí con cuecas dieciocheras, porque todos cachaban que el rescate de "los 33" estaba más cerca que lejos.
Finalmente, fue el propio capo de Minería, Laurence Golborne, quien al llegar a la mina San José ratificó lo que todos creían: "Las revisiones que hemos estado haciendo con el equipo técnico nos han permitido estimar que el eventual rescate se puede producir en la segunda quincena del mes de octubre". ¡Grande, gioccatore!
Sir Laurence de Atacama además contó que el adelanto en la fecha ya se les comunicó a "los 33", quienes se pusieron más contentos que la ñoña.
Luego, en su cuenta de Twitter, en la que tiene más de 40 mil seguidores, el ministro escribió: "Las cosas van bien, pero aún no hemos rescatado a nadie, por tanto, nada que celebrar. La tarea terminará cuando los 33 estén afuera".
Mientras esto ocurría en la mina San José, en Caldera eran formalizados Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, dueños de la Minera San Esteban, por cuasidelito de lesiones graves, todo por el accidente que afectó al trabajador Gino Cortés, quien fue internado en Santiago.
La acusación también recayó en el gerente de minas, Pedro Simunovic, y el jefe de operaciones, Carlos Pinilla.
El caso corresponde a un accidente ocurrido el 3 de julio cuando Cortés iba a su lugar de colación y le cayó una roca de 100 metros de largo que le aplastó la pierna, la que luego le amputaron.
Los cuatro imputados quedaron con arraigo nacional y el plazo de la investigación se fijó en 90 días, a cargo del fiscal de Atacama, Héctor Mella, el mismo que lleva el caso del derrumbe de "los 33".