El resto de sus días en la cárcel podría pasar Luis Araya Galaz, luego de que ayer le tiraran presidio perpetuo simple por el robo con homicidio de la ejecutiva del Banco Penta, María Soledad Lapostol, ocurrido hace exactamente un año.

El delincuente de 33 años entró a la audiencia de comunicación de sentencia recién bañado, con el pelito mojado, y escuchó la dura condena al lado de su abogado defensor. No dijo nada ni tampoco miró a las dos mujeres que lo fueron a ver al tribunal. Sólo clavó su mirada en sus muñecas esposadas y pidió una copia del fallo.

La jueza que redactó la condena, Mariela Jorquera, señaló que el presidio perpetuo para Araya es simple, por lo que recién cuando cumpla 20 años preso podrá postular a un beneficio penitenciario.

DRÁSTICO

De acuerdo con el dictamen, resulta muy difícil, casi imposible, que Gendarmería le otorgue un privilegio carcelario a Araya Galaz, ya que los jueces pescaron todas las agravantes presentadas por el Ministerio Público.

Se estableció que el ladrón y asesino actuó con alevosía mientras gozaba de un beneficio penitenciario, por lo que se convirtió en reincidente.

"Existió una reiteración del delito, ya que Luis Araya Galaz estuvo condenado también por robo", dijo a La Cuarta el fiscal Jorge Reyes.

Según la sentencia leída en el Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, el asesino de María Soledad Lapostol deberá cumplir la condena en forma efectiva, en la cárcel, sin derecho a pataleo.

SONADO

El condenado se encuentra recluido desde el 12 de enero de este año, por lo que sólo en los primeros días de 2028, cuando tenga 53 años, podría pedir clemencia. Por ningún motivo antes.

En todo caso, si cumple en vida la condena, Luis Araya deberá purgar otra de 541 días por el delito de uso fraudulento de tarjeta de crédito.

"Me alegro de que se haya hecho justicia", dijo uno de los familiares de la fallecida afuera del tribunal.

En la sala estuvieron presentes el viudo de Soledad, Alfredo León, sus hijos y los hermanos de la ejecutiva asesinada. Después de escuchar la sentencia, sólo dijeron algunas palabras y se fueron rápido.

En  la tarde del 20 de diciembre de 2007 María Soledad Lapostol se reunió con Araya Galaz por la camioneta que ella le estaba vendiendo a un amigo. A través de llamadas dio a entender que la tenían secuestrada, pero antes de ser rescatada la eliminaron de cuatro balazos en la cabeza.

Según el fallo, junto a la víctima, cuando todavía estaba viva, no sólo estuvo el condenado, sino que al menos otra persona, por lo que Araya Galaz ayer regresó a su celda con el secreto de quién fue su compañero de delito.

Los jueces determinaron que hubo un tercero en la escena del crimen que no fue identificado por el Ministerio Público, pero el fiscal Reyes insiste en que Luis Andrés Araya Galaz es el único culpable.

Carlos Godoy S.