Las reinas de hospitales y clínicas colgaron por una jornada las jeringas y delantales para celebrar con tutti su Día Internacional, el que coincide con el natalicio de la caperuza Florencia Nightingale.
Desde que Florencia Nightingale creó en 1860 la primera escuela de enfermeras en Inglaterra, los ángeles de la medicina han sido el consuelo de los achacosos, la voz que tranquiliza a las familias y la fantasía de los califas.
La misma Belén Hidalgo confesó, cuando sólo veía corazoncitos por el Negro Piñera, que se vestía de enfermera porque era el disfraz preferido del cantante de "Luna Llena".
Dejando de lado el fetichismo, las reinas de los hospitales y clínicas ayer celebraron su Día Mundial, que recuerda el natalicio de la pionera británica.
La presidenta del Colegio de Enfermeras de Chile, Elizabeth Núñez, estaba feliz con el festejo que se realizó en el Salón de Honor de la muni de Santiago.
La enfermera, que lleva una década ejerciendo la noble profesión, habló sólo maravillas de su pega.
Lo que más recuerda fue lo que le pasó con un paciente piropero que volvió de la muerte.
"Estuvo como un minuto fallecido y cuando despertó me miró y me preguntó: '¿Es usted un ángel?'. Quedé intrigada, creí que estaba atontado, pero luego nos dimos cuenta de que estaba súper bien", recordó.
- ¿Y se mejoró?
- Sí, se fue de lo más bien a su casa. Por eso me acuerdo tanto de él.
- ¿Le molesta ser fantasía sexual de los frescolines?
- Ahhh... el fetiche de la enfermera. La mayoría de las veces no me molesta, pero algunos se ponen demasiado puntudos y llega a ser incómodo. Dan ganas de decirles que respeten nuestra profesión.
MARÍA PAULINA DEJÓ CON FEROZ ACHAQUE DEL CUORE A PACIENTE
La dulce María Paulina Gutiérrez, quien se gana los porotos en la Clínica Dávila, contó que varios enfermitos se pasan de agradecidos con ella.
"Una vez, un joven al que se le dio el alta me dejó una caja de chocolates y una tarjeta con su número de teléfono".
Sin embargo, la chiquilla que lleva nueve años al servicio de los enfermitos, confesó que no lo llamó porque "ante todo, soy una profesional".
También se acordó de otro menos caballeroso "que me pidió la dirección para mandarme un perfume. Obvio que no se la di", dijo.