Es difícil encontrar a alguien que no tenga una tarjeta de crédito en la actualidad. Hay de todos los tipos, no sólo de bancos, sino también de supermercados y farmacias, entre otros.
En el mes de diciembre, con los regalos navideños, las vacaciones y las compras escolares asomándose, las tarjetas de crédito comienzan a vivir su época dorada. Un experto explica qué precauciones se deben tomar para no usarlas de manera indiscriminada.
"Hoy día estamos en una sociedad que es netamente consumista y vivimos en un país donde la desigualdad es muy grande, y para las personas que ganan poco salario la única forma de cumplir con necesidades básicas o estilo de vida es el endeudamiento", apunta el jefe de carrera de Contador Público y Auditor de la Universidad del Pacífico, Arturo Farías.
De hecho, según la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras de Chile (ABIF), el mercado ha evolucionado rápidamente en los últimos 20 años. El número de tarjetas de crédito aumentó en los últimos 20 años de 2 a 13 millones y las transacciones con estos plásticos superan hoy los 300 millones de operaciones al año, desplazando en importancia a otros medios de pago.
Por su uso extendido, el experto de la Universidad del Pacífico hace énfasis en una serie de puntos que hay que tener en cuenta para utilizar la tarjeta de crédito de manera cuidadosa:
Revisa los costos asociados:
Hay que analizar cómo está estructurada la tarjeta, es decir, revisar el costo de mantención, los seguros asociados como el de desgravamen y, a veces, el de cesantía que algunas también incluyen. Estos cobros se efectuarán todos los meses y hay que tenerlos en cuenta.
Ojo con el cupo:
Lo mejor es tener una tarjeta de crédito con un cupo que permita poder utilizarlo sólo en lo necesario. Esto también se aconseja por un tema de control de gastos, ya que el hecho de tener varias tarjetas, en la práctica significa que la persona tiene un mayor cupo disponible y debe hacerse la pregunta: "¿seré capaz de responder a todas estas obligaciones?". El endeudamiento es súper fácil, ya que las líneas están aprobadas.
Cuidado con las cuotas:
La regla de oro es que la duración de la deuda por adquirir un bien esté en directa relación al tiempo en que ese bien se utilizará. Si uno se compra algo que va a durar un año, como por ejemplo un celular, la persona podría pagarlo sin problemas en 12 meses; pero si se compra un bien que se va a acabar al instante (como la comida), no es recomendable pagarlo en doce cuotas.
Hay que calcular los beneficios en el tiempo que da ese bien y reflejarlo en el tiempo que uno se demorará en pagarlo. Por ejemplo, la compra de una casa se hace a 30 años, lo que no está mal, porque la casa durará eso y más. En definitiva, hay que preguntarse cuánto tiempo uno va a aprovechar ese bien: si el bien tiene un uso de corto plazo, la deuda también tendría que ser de corto plazo.
Fíjate en el interés rotativo:
El interés rotativo es aquél que se aplica en el caso de que la persona no pague una cuota en el plazo establecido. Por ello, es un punto muy importante a considerar, ya que allí es donde las tarjetas comienzan a ganar dinero. Muchas veces el interés rotativo es el triple del interés que cobran mensualmente.
La línea de crédito vs. la tarjeta de crédito:
La línea de crédito es un crédito que se cobrará por el periodo de tiempo que se utilice, ya sea uno, dos, tres días, dos meses o más. Se ocupa para cosas urgentes y/o imprevistos, porque hay interés en cada día que se ocupa. Por eso, cuando se quiere comprar algo y se tiene la capacidad y el tiempo para planificarlo, se debe preferir usar la tarjeta de crédito.
Aprovecha los beneficios con responsabilidad:
Hoy el uso de las tarjetas de crédito está asociado a una serie de beneficios con el objeto de captar clientes. Es importante aprovecharlos, ya sean puntos, kilómetros, etc., pero no hay que fijarse tanto en eso, sino que prestar atención a la tasa de interés o al costo de mantención de esa tarjeta, por ejemplo. Al mismo tiempo, es mejor trabajar sólo con una tarjeta, que da ciertos beneficios, para ordenarse y juntar más puntos, kilómetros, etc.