Abiy Ahmed, el primer ministro de la paz

(FILES) In this file photo taken on April 11, 2018 New Ethiopian Prime Minister Abiy Ahmed waves during his rally in Ambo, about 120km west of Addis Ababa, Ethiopia. Ethiopian Prime Minister Abiy Ahmed was awarded the Nobel Peace Prize for his efforts to resolve his country's conflict with bitter foe Eritrea, the Nobel Committee announced in Oslo on October 11, 2019
 / AFP / Zacharias Abubeker
(FILES) In this file photo taken on April 11, 2018 New Ethiopian Prime Minister Abiy Ahmed waves during his rally in Ambo, about 120km west of Addis Ababa, Ethiopia. Ethiopian Prime Minister Abiy Ahmed was awarded the Nobel Peace Prize for his efforts to resolve his country's conflict with bitter foe Eritrea, the Nobel Committee announced in Oslo on October 11, 2019 / AFP / Zacharias Abubeker

Abiy Ahmed recibió el premio Nobel en esa categoría al terminar con el conflicto que mantenía a Etiopía y Eritrea enfrentados desde 1998. Promovió a la primera Presidenta de África y conformó un gobierno paritario.

Cuando muchos daban por ganadora a Greta Thumberg como Nobel de la Paz 2019, por su lucha contra el cambio climático, el comité noruego sorprendió al mundo y condecoró al primer ministro etíope, Abiy Ahmed.

"Este es un premio para toda África y Etiopía. Nos sentimos orgullosos como nación", agradeció el hijo de padre musulmán, madre cristiana y de origen humilde, quien logró un acuerdo de paz el año pasado con Eritrea, tras un conflicto fronterizo que tuvo a ambas naciones enfrentadas durante dos décadas.

Su forma de gobernar se ha visto reflejada en todo el continente, al punto de convertirse en el mediador regional tras impulsar la transición democrática en Sudán y la reconciliación en Sudán del Sur.

Desde que asumió el cargo, el 2 de abril de 2018, lideró la gran revolución democrática etíope, luego de promover a la presidencia de su país a Sahle-Work Zewde, la única mujer jefa de Estado en África. Además, nombró un gobierno paritario, entre otras profundas reformas.

Pese a todo lo obtenido en tan poco tiempo, Ahmed sabe que hay mucha pega por delante.

El acuerdo de fronteras con Eritrea, al que hasta ahora se habían opuesto todos los gobiernos etíopes, desde 1998, lo aceptó. Ahora toca aplicarlo y de esa manera dar descanso eterno a las 80 mil personas que perdieron la vida en esa guerra infame.

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