El camino que debió recorrer el viñamarino Gonzalo Boye para convertirse en el abogado que es en la actualidad, no fue para nada de fácil.
Con 18 años y una Prueba de Aptitud Académica (antecesora de la PSU) en el cuerpo, decidió que su futuro no se encontraba en Chile y se fue a la conquista de Europa.
Primero llegó a Alemania, donde estudió ciencias políticas en la Universidad de Heidelberg. Posteriormente, en 1987, se instaló en España, donde empezó a trabajar en su consultoría hasta 1992. Ese año fue detenido tras ser acusado de colaborar con la ETA (organización terrorista vasca) en el secuestro de un importante empresario español. En esa época también le cargaron ser parte del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), pero jamás se pudo probar. Finalmente, en 1996, el juez Baltasar Garzón lo condenó a 14 años de cárcel
Libertad
Durante su estadía en prisión, Boye decidió dar un giro a su vida y comenzó a estudiar Derecho en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de la que se graduó en 2002.
Gracias a esos seis años de preparación, pudo recuperar su libertad y empezar a ejercer. ¿Qué tal?
"He trabajado mucho para poder llevar los casos que realmente me interesan, no me lo han regalado", aseguró a La Cuarta.
Respecto a todo el carrete cultivado a sus 52 años, Boye la tiene clara y resume que ha sido "una vida intensa y muy vivida, con malos y buenos momentos. Me quedo con estos últimos".
Y cómo no va a atesorar los instantes vividos en el siglo XXI, si tras convertirse en abogado agarró casos de connotación mundial que cualquier profesional del área pagaría por tener.
¿Una muestra? Forma parte del equipo defensor de Edward Snowden (en la foto), el ex empleado de la CIA que filtró documentos clasificados respecto a varios programas de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) de Estados Unidos, entre los que se incluyeron programas de vigilancia masiva.
"Me contactó un amigo, abogado alemán, con el que he llevado muchos casos a nivel internacional y me invitó a una reunión donde nos propuso, a mí y a otros cinco abogados más, formar el equipo jurídico que sigue funcionando hasta ahora", dijo.
Respecto a las conversaciones que ha tenido con Snowden sobre nuestro país, Boye fue categórico: "No puedo hablar de lo que me ha comentado, es el privilegio abogado-cliente. Otra cosa es que sepamos, por fuera de esa relación, que los programas de la NSA han funcionado en todos los países y que Chile no ha sido la excepción".
Actualmente, Boye tomó el fierro caliente de la defensa de los independentistas catalanes. De hecho, él le aconsejó a Carles Puigdemont que saliera de España.
"Para esta defensa hemos montado un equipo con 12 abogados en Bélgica más otro número importante en España, y estamos dedicando muchas horas a afinar cada detalle. No dejamos nada al azar", adelantó.
Y pese a toda la pega que tiene en Europa, igual siempre tiene un ojo puesto en lo que ocurre en nuestro país, aunque desconoce el concepto de "puerta giratoria".
- ¿Qué caso de la justicia chilena le gustaría tener a su cargo?
Me gustaría llevar el de los niños del Sename. Es un caso que he intentado seguir de cerca y que creo que merece ser internacionalizado, porque ahí se ha fallado como país. Es un caso que tiene muchas aristas y que exceden del ámbito nacional. El de la corrupción en Carabineros...
- ¿Y qué opina de los casos relacionados al conflicto mapuche?
-Es un tema muy serio, pienso que no se le está dando un trato jurídicamente aceptable y, mucho menos, que deba aplicarse normas excepcionales que no deberían ni existir como son las contenidas en la Ley Antiterrorista.