Hay frescos de todas layas, pero si es verdad la acusación que en la Región de O'Higgins pesa sobre un par de imputados, sería para darles la corona interplanetaria de los buches. ¡Últimos!
El alcalde de Lolol, José Manuel Morales Espinoza, y el locutor Raúl Guillermo Ramírez Suárez, habrían hecho leso a un tatita ciego y analfabeto, por lo que fueron formalizados.
De acuerdo con lo expuesto por el fiscal Mauricio Maturana y el abogado Pablo Ubal, el alcalde ofreció su buena voluntad para ayudar a que Pedro Aceituno Lorca (79) consiguiera una pensión asistencial.
Tanto fue su buena onda (digna del espíritu navideño que nos comienza a inundar), que llegó con el funcionario notarial de Santa Cruz, Segundo Parraguez, a la casa del viejito. El ciego gustoso manchó su dedo gordo en tinta y firmó donde le dijeron.
MULA
Lo que ignoraba el indefenso anciano es que en realidad estaba vendiendo su propiedad de 13 hectáreas (avaluada en 15 millones de pesos) en 400 lucas.
El feliz comprador, que ni siquiera se puso con el monto ofrecido, fue el locutor Ramírez quien habría pretendido construir una antena radial.
La olla se destapó cuando el veterano, que padece de glaucoma congénito, quiso vender el terreno ubicado en el sector Alto Narquihue y cachó que ya no era su dueño. No entendía ni jota, no sabía qué hacer. ¡Estaba desesperado!
Su hija Marta tomó las banderas de lucha por la familia y contrató a un abogado, quien consiguió que el tribunal de Garantía de Santa Cruz decrete arraigo nacional del alcalde y su compinche. Además les prohibió acercarse a la supuesta víctima del delito de defraudación y estafa.
Según el fiscal Maturana la pena asignada puede llegar a los cinco años y una guinda.
J. Pinto/S. Foncea