Los afrodisíacos han existido siempre y llevan su nombre en honor a la bella Afrodita, diosa griega del amor, quien nació de la espuma de mar, cuando el dios Cronos castró a su padre, Urano, y arrojó sus genitales al océano, manando líquido seminal.
El objetivo esencial de los afrodisíacos es aumentar el apetito sexual, estimulando los sentidos a través de 'filtros amorosos', esencias e incluso preparados medicinales. Estos últimos generalmente son realizados con afrodisíacos vegetales como el Ginkgo Biloba, conocido por mantener el órgano masculino en forma y en erección cuando se requiera. La Jalea Real, un estimulante general cuyos efectos son prolongados. Y el azúcar moreno, pues como es sabido, una ligera hiperglucemia es siempre beneficiosa para el amor.
Pero lo primero es lo primero. Antes de preparar una cena afrodisíaca, debes decorar el lugar ad hoc. Es decir, poner muchas velas, bajar las luces, poner música agradable y encender aceites esenciales. Estos últimos dicen que son milagrosos y que los usó Cleopatra para seducir a Marco Antonio y los utilizaban los árabes en las leyendas de las "Mil y una noches".
Entonces, ¿por qué no probar? Elige para ello esencias naturales de canela, clavo de olor, jengibre, vainilla, anís, cardamomo, pimienta y hierba buena. También puedes tener algunas rosas y jazmines, además de flores afrodisíacas tradicionales.
Dice la leyenda que Zeus lanzó una centella contra un bosque para crear hongos subterráneos que los humanos llamarían trufas y que Afrodita adoraría. Ideal para empezar.
Cena mariscos y pescados. Y para el postre, elige unas deliciosas frambuesas. Estas son los mejores afrodisíacos para la mujer, ya que ayudan a relajar los órganos sexuales y la comprometen a un estado más excitante.
Y si a las frambuesas agregamos higos, el resultado será aún más poderoso. Este dulce fruto enciende pasiones e incluso los dioses griegos consideraban sagradas las higueras. Ahora si estos higos los mezclas con avellanas y pistachos molidos, ¡prepárate para la acción! Y después de una noche encendida, repón energías con un nutritivo plátano o abundante chocolate. Sabroso, ¿no?