El pasado 11 de septiembre el cabo 2° de Carabineros José Inostroza Crisosto, junto a su valiente corcel, sufrió golpes de puño y patadas de un piño en las afueras del Cementerio General.
Producto del ataque, Inostroza quedó con el cuero cabelludo destrozado y un TEC complicado. Peor la sacó el equino, que quedó con su hocico roto debido a que un energúmeno lo tajeó con una especie de lanza artesanal.
Gracias al trabajo de inteligencia policial, los verdes dieron con un presunto agresor. Se trata de Cristóbal Bravo Franke (22), quien, según el coronel de la Prefectura Norte Juan Muñoz, le pegó en el suelo al cabo.
Bravo fue detenido gracias a las imágenes tomadas ese día por Carabineros, donde lo identifican por sus ropas.