"Ahora canto regular el tema de Camilo Sesto"

13/09/19 -CARLOS ROSALES, PARA LA CUARTA SABADO


FOTO: SEBASTIAN ÑANCO / LA CUARTA.
13/09/19 -CARLOS ROSALES, PARA LA CUARTA SABADO FOTO: SEBASTIAN ÑANCO / LA CUARTA.

Carlos Rosales protagonizó el primer viral de Chile, en 1976, al pegarse la peor desafinada de la historia en "Sábado Gigante".

Carlos Rosales Lucero (73) llega pasadita las 14.30 a la casa de doña Carmen. "Fue mi pareja, todos los días viene a almorzar. El otro día le dije, se te murió tu ídolo, Camilo Sesto, ahora te va a venir a penar", cuenta la mujer en la puerta de su casa en la comuna de Padre Hurtado.

Mientras ríe, al fondo de la villa se ve a "El Camilo", como es conocido en las ferias donde trabaja, su ex pareja. Viene con un bolso de tela y un jockey. "Andaba retirando mis recetas médicas en el consultorio", dice el mecánico de máquinas de coser, como le gusta que le digan. Pero, en el barrio, y en su trabajo, nadie le dice así.

Su apodo se lo ganó en 1976 cuando se puso frente a un micrófono, con un montón de cámaras a su lado, y trató de cantar "¿Quieres ser mi amante?", del cantante español, en Sábado Gigante.

Claro que su actuación pasó a la historia por la tremenda desafinada que se mandó en una parte del tema. Lamentablemente para él, jamás, jamás, la gente lo olvidó. "Quedé como el desafinado de Chile, hoy la canción la cantó bien, bueno, regular. Me puede salir un gallito, como me puede salir un pavo", asegura.

Carlos recuerda que "después todo el mundo me echaba tallas. En la pega me decían cántala de nuevo poh, Rosales. El jefe me dijo no importa Carlitos, yo le decía me comieron los nervios, pero preferible que haya sido así, seguí cantando ahí en el trabajo, era el ídolo para el jefe".

"El Camilo" cuenta que trabaja en la feria de Talagante sábados y domingos, ya que su pensión de jubilado, de 120 mil pesos, no le alcanza para vivir. Relata que su momento de fama sólo fue posible gracias a su jefe, que lo motivó a participar. "Me dijo que fuera a cantar. En la construcción cantaba todo tipo de canciones, pero a él le gustaban las de Camilo Sesto; a mí me gusta también, pero también tenía otros ídolos, como Salvatore Adamo, Leo Dan, Neil Diamond y Elvis Presley. Pero desde que me dijo que cantara esa canción empecé a practicarla. Todos los días la cantaba, pero con los nervios me salió ese gallito".

Carlos, que se levanta a las 5.45 los domingos para tomar la micro que lo llevará a Talagante, revela que fue en ese lugar, tras tomarse un té y comer una empanada, que supo sobre la muerte del cantante. "Fue una gran impresión, porque familia mía no es, pero igual es una impresión grande. Imagínate, él se murió y hasta el día de hoy soy famoso".

Con el paso de los años, Carlos cree entender la razón de su gran desafinada. "Es porque yo me adelanto a la letra. Tocan la música y yo me adelantaba. Entonces salía fuera del compás y eso hacía que desafinara más, era más notorio".

Reconoce, mientras se toma un vaso de fanta, que ha visto su interpretación en YouTube. "Me da risa cuando me veo, porque decía entre mí, puta el desgraciado que cantaba mal. Me salió un pollito, para qué me voy a enojar. Si viene un niño chico y me dice "hola desafinado" yo no me voy a enojar. Los nervios siempre me comieron", afirma.

El comerciante asegura que ya no canta como antes. "Tarareo un poco, pero de repente me tiran los corridos en la feria: "pégate una cantaíta", y les digo ¿cuánto me vas a pagar? Ni en la ducha canto, sólo cuando estoy un poco más alegre lo hago", confiesa.

Sobre qué siente al pasar a la historia, dice que "me pone contento. Quién iba a imaginar que con ir a la televisión, en forma anónima, con dos que cantaban bien, bueno que nunca más se supo de ellos, y es a mí al que me siguen llamando. Un gallo que cantó una vez, que fue desafinado, pero que aún lo recuerdan. Es bonito".

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