Revolucionaria tecnología es la salvación para los que han perdido algun hueso del cráneo o desean modificar parte de su rostro. Las alternativas son infinitas y duran para toda la vida.
En el último tiempo, las prótesis 3D se han convertido en una salvadora solución para las personas que como consecuencias de accidentes o por vanidad han recurrido a esta tecnología para reemplazar o modificar alguna parte de su cuerpo.
Si bien suena a película futurista, estos proyectos cada vez toman más fuerza en el mundo de la medicina. Esto porque además de la fabricación de prótesis de brazos o de las réplicas de ciertos órganos, actualmente es posible fabricar implantes para la reconstrucción y rehabilitación de pacientes, que han perdido algún hueso de la cara o el cráneo por un accidente o enfermedad.
"La gracia de la impresión 3D es que nos permite hacer implantes a medida", comenta Ilan Rosenberg, protesista reconstructivo cráneofacial. El especialista explica que la precisión de esta tecnología, a diferencia de las prótesis estándar que solían usarse, ayuda a optimizar el proceso y disminuir los tiempos.
"Con la impresión 3D hemos logrado hacer en el mismo tiempo en que se fabricaba un implante estándar, uno customizado, personalizado y mejorar la técnica", añade el también fundador de Laboratorio Arcomed, únicos en Chile con la capacidad de fabricar este tipo de implantes faciales.
"Gracias a que nuestros implantes están hechos a medida para cada paciente, el cirujano se demora menos en trabajarlo porque está hecho para él. También ayuda a que la intervención sea menos invasiva y que se haga en menos tiempo, lo que a su vez genera una mejor recuperación", añade el protesista reconstructivo.
Precisión
La exactitud es lo que ha posicionado estos implantes en el mundo de la plástica facial. Ilan Rosenberg explica que, "podemos cambiar las facciones, pómulos, mentón, ángulos mandibulares, rejuvenecer una cara para siempre o hacer que una persona se parezca a otra. Las alternativas son infinitas y definitivas, y dura toda la vida".
Lo positivo es que la tecnología 3D trabaja con software digitales, que permiten mostrarle al paciente cómo quedará después de la cirugía con un alto grado de precisión, por lo que se pueden cumplir las expectativas del paciente y del cirujano.
Sobre la rapidez en crear diferentes modelos y la cobertura a nivel nacional que ha alcanzado la empresa, el fundador del laboratorio cuenta que "es posible tener este tipo de implantes en 10 días versus los dos meses que se demora una empresa extranjera en traerlos", explica Rosenborg, el cual destaca que "esto se vuelve crucial con pacientes en estado crítico", finaliza.