La idea que nació en Recoleta, crece como la espumita. De Huechuraba a Talagante, de San Joaquín a Providencia, Ñuñoa y en unos días más en Maipú, los vecinos ya están comprando remedios a la mitad del precio habitual.
Casi seis meses han pasado desde que Recoleta inaugurara la primera farmacia municipal del país. La idea del caporal Daniel Jadue, que permite a los vecinos conseguir sus remedios a precio de huevo, agarró vuelo y cada día son más las municipalidades que quieren copiar el modelo.
Pese a los pataleos de las farmacias tradicionales y a algunos problemas con los laboratorios, 20 comunas de la Región Metropolitana (es decir, el 40% del total) han solicitado autorización al Instituto de Salud Pública (ISP) para instalar estas boticas. De esas, ocho ya están funcionando: Recoleta, San Ramón, Huechuraba, Talagante, Providencia, Puente Alto, San Joaquín y Ñuñoa.
En regiones no se quedan atrás y los vecinos de Viña del Mar, Rengo, Coltauco, Padre las Casas, Temuco y San Pedro de la Paz también pueden ahorrar luquitas para comprar sus remedios.
La TalaFarmacia
A fines de marzo se abrió TalaFarmacia, en Talagante, la primera farmacia popular en una comuna rural de la capital.
En estos primeros días los siete funcionarios del establecimiento, ubicado a dos cuadras de la plaza, se han dedicado a explicarles a los vecinos cómo funciona el sistema. Estiman que llegarán a beneficiar a 10 mil personas.
"Me parece fantástico, muy bueno para nosotros los pobres. Yo vine a preguntar por unos remedios para mi señora, que valen $70 mil y aquí me dicen que son harto más baratos", dice José Riveros, de 87 pepinos, mientras estaciona su bicicleta.
Lo primero -explican en la botica- es que la gente entienda que no se trata de una farmacia donde uno llegue y compre, sino que se hace un encargo del medicamento. Para eso se debe llegar con una receta médica.
Y como la idea es hacérsela fácil, también dispusieron un equipo móvil que recorre las poblas inscribiendo a la pípol y anotando los remedios que necesitan. Con esos datos la muni le compra los remedios a Cenabast o los laboratorios y después se los entrega a los enfermitos.
Parado en la puerta de la botica, donde no paran de entrar y salir tatitas, el sheriff Raúl Leiva saca pechito y explica que "en Talagante la salud ya tiene remedio. En promedio, los precios son 50% más bajos que en las cadenas. Eso alivia mucho el bolsillo de las familias, es subirle el sueldo a la comunidad talagantina".
El caporal agrega que el beneficio es para todos los residentes de la comuna, independiente de que sean de Fonasa, isapres o Dipreca, porque "la salud no distingue condición socioeconómica".
Directo a Provi
Eludiendo caballos y gallinas, dejamos Talagante y cruzamos toda la capital para llegar a Providencia, la primera comuna del sector oriente con farmacia popular, posom.
En una casona de Avenida Salvador, llegando a Marín, cientos de vecinos se inscriben, piden remedios y miran con cara de "¡Galla, no te creo!" la lista de precios, hasta 66% más baratos de lo normal.
La pípol de Providencia tiene que llegar con su Tarjeta Vecino (si no la tiene la entregan ahí mismo después de acreditar residencia en la comuna) y con la receta. Para partir, la Farmacia Comunitaria cuenta con un arsenal de 300 fármacos.
"Los primeros días han sido de mucho público, pero la mayoría de ellos vienen sin la tarjeta, por lo que el esfuerzo ha estado en la inscripción. En los últimos 10 días hemos entregado unas 5 mil tarjetas", cuenta la alcaldesa, Josefa Errázuriz.
Agrega que "la premisa nuestra se basa en que la salud es un derecho. Pero ese derecho es bastante difícil asegurarlo por los precios de los medicamentos. Cuando conocimos el ejemplo de Recoleta nos pusimos a trabajar para dar una solución de ese tipo a los vecinos".
La jefa se cachiporrea contando que esto es parte de un proyecto más grande, que tiene dos patitas. La primera es la Farmacia Comunitaria, inaugurada la semana pasada y que beneficia a los residentes, y la segunda etapa apunta a quienes trabajan o estudian en la comuna.
Se llamará Farmacia Vecina y se trata de una alianza con farmacias independientes de la comuna para entregar un arsenal de fármacos para enfermedades crónicas o de tratamientos prolongados para vecinos que trabajen o que estudien en la comuna. Los medicamentos se venderán a precio de costo más un porcentaje de ganancia para la farmacia independiente que no superará el 15%.
"Los químicos farmacéuticos de las farmacias se van a transformar también en agentes locales de salud porque van a detectar lo que pasa en barrios donde no estamos presentes con centros de atención de salud, donde hay gente vulnerable que, por vergüenza, por pudor, no acude a los servicios de salud, pero sí va a las farmacias y ese farmacéutico nos va a ayudar a identificar a estos vecinos para invitarlos a acudir a la red de salud", dice la sheriff.
Cache cuáles son las comunas que ya preparan sus boticas
Según cuentan en el ISP, que es el organismo que da la pasada en este tema, Macul, Independencia, Santiago, La Reina, San Bernardo, Peñalolén, Buin, La Granja, Cerro Navia, Maipú, María Pinto y Lo Prado están tramitando su autorización.
San Joaquín abrió su farmacia el viernes, pero para agilizar el funcionamiento, desde enero ya estaban inscribiendo a los vecinos. Cuentan que ya tienen más de 500 con el trámite listeilor. El alcalde Sergio Echeverría señala que "esta es la prueba más palpable de que desde lo local se pueden inventar programas o aportar a resolver los problemas que muchas veces el gobierno central o el Parlamento no puede resolver".
Y para no quedarse abajo, Ñuñoa abrió el lunes la suya que atenderá a todos los residentes de la comuna y que tiene entre sus particularidades la venta fraccionada de medicamentos, o sea, le entregan la cantidad exacta que usted necesita.