Deudas en suministros básicos por más de siete meses, junto con calillas en el ámbito de educación y salud, entre muchas cosas más, mantienen en alerta y preocupados a cinco alcaldes de la región del Bío Bío, que producto de esto han debido enfrentar una serie de situaciones insólitas.
Se trata de las comunas de Contulmo, San Fabián de Alico, San Ignacio, Bulnes y Cobquecura, todas ellas con nuevas administraciones las que asumieron el mando en diciembre de 2016.
Tal es su grado de apalancamiento financiero que decidieron formar la inédita Agrupación de Municipios Endeudados, grupete transversal que busca entrevistarse con la Presidenta Michelle Bachelet para pedirle un aumento en la glosa presupuestaria de 500 millones de pesos para cada municipio por este año.
Planchas
El alcalde de la comuna de Contulmo, Mauricio Lebrecht (UDI), es el vocero del movimiento y señaló que ha pasado varias vergüenzas y situaciones complejas por las calillas.
"Nos pasó que un día fuimos a Concepción en la camioneta fiscal y me di cuenta de que la mantención del vehículo no estaba hecha, estaba pasada en 500 kilómetros aproximadamente, así que le dije al conductor que lo llevara al taller. Pero luego me llamó el funcionario diciéndome que no le harían la mantención porque tenemos una deuda de tres millones de pesos", cuenta el "Juan Herrera" de los alcaldes.
Julio Fuentes (PRSD), edil de Cobquecura, indicó que "estamos en Dicom en todos lados, el día anterior al censo, nos cortaron el Internet, porque debíamos varios meses, fue un tremendo problema, afortunadamente otra vez llegamos a un acuerdo con la empresa para contar con internet para ese día tan importante".
Por su litro, el alcalde de la comuna de San Ignacio, Osiel Soto (UDI), reconoció que deben más plata que el Rafa Garay, y recordó un episodio que pasaron a fines de febrero de este año cuando debían reparar una escuela.
"Necesitábamos urgente materiales de construcción, acudimos a las ferreterías de nuestra comuna y ninguna nos quiso vender a 30 días de pago, acudimos luego a la comuna vecina de El Carmen, y pasó lo mismo con todas las ferreterías. Como última opción acudimos a Chillán y tampoco obtuvimos una respuesta favorable, en todas partes debíamos, así que tuvimos que sacar dinero de nuestro bolsillo para comprar los materiales en conjunto con el jefe de Daem, el jefe de finanzas y obras", contó Soto.