Está que arde la mocha entre la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) y la Armada sobre la mentada alerta de tsunami que debió haberse dado a los chilenos que habitan la costa en la zona centro-sur y que costó muchas vidas tras el terremoto que nos azotó sin piedad.
Los fuegos los abrió el martes el comandante en jefe de la Marina, almirante Edmundo González, quien primero admitió que la institución fue ambigua al contarle la papa a La Jefa, Michelle Bachelet, para que gritara a todo pulmón ¡arranquen a los cerros! Y a renglón seguido tiró que la culpa se compartía porque el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) gritó dos veces a la Onemi que se salía el mar.
Por eso ayer la caporal de la Onemi, Carmen Fernández, sostuvo, envenada, que la actuación de los marinos fue errada totalmente.
Aclaró que no fueron dos las alertas, sino que sólo una, a las 4.07 horas, y con distorsión de coordenadas. "La realidad es que hubo una información de tal nivel de imprecisión, ambigüedad, que a nadie le permite tomar una decisión, y lo he reiterado mil veces, así hubiese sido de calidad técnica, no existía ninguna posibilidad de hacer nada, porque no había ningún sistema que permitiera alertar a las personas con el tiempo que se requería o del que se disponía", expresó la autoridad.
Pero la cosa no quedó allí en este miniterremoto, ya que la Armada mandó una réplica, señalando mediante comunicado público, que la madrugada fatídica el SHOA emitió en tres ocasiones alertas de tsunami.
La Marina dijo que los reportes fueron enviados a la Onemi "por radio a las 03.51 horas y, posteriormente, reiterada a la Onemi por un fax a las 04.06 horas de esa madrugada" e, incluso, un minuto antes (04.05) "por medio de un mensaje escrito emitido a través de la Red Mercalli del Sistema Nacional de Alerta de Maremoto (SNAM)".
De acuerdo a la Armada, el aviso de esta última organización -ejecutora de generación de alarmas en las zonas costeras, integrada por Gobernaciones Marítimas, Capitanías de Puerto y Alcaldías de Mar- "contribuyó a alertar a parte importante de la población" de los sectores marítimos.
Y por último, como para abuenar la cosa y calmar las pasiones, afirmó que es "inportuno buscar culpables". Pero igual reconoce "fallas ciertas en la cancelación posterior de la alerta de tsunami, efectuada a las 04.56 horas, vía radial a la Onemi por parte del SHOA, lo que se investiga acuciosamente por las repercusiones que tuvieron las ondas de tsunamis posteriores a esa hora".