Dejó a todos tiritones cuando no pudo unirse al grupo que sacó el puntete de oro en Barranquilla y la barra pop le prendió velitas pa' que pudiera estar ante Uruguay. Es que el pinchazo que sintió Alexis Sánchez mientras entrenaba en Juan Pinto Durán dejó con la pera a todos los fanáticos de Chile y el Arsenal. La posibilidad de desgarrarse rondaba sobre el tocopillano pero Pizzi confirmó que sería del arranque y vaya que valió la pena.
Y es que el delantero no dudó en ir al sacrificio cuando la cosa estaba más complicada, recogiéndose a buscar balones y acompañando a sus compañeros, sin embargo la segunda patita tendría reservada una satisfacción pa' él y toda la hinchada, pues se matriculó con un pepón importante pa' las aspiraciones chilenas.
Cuando el deté sacó a Arturo Vidal, muchos se asustaron porque el equipo podía quedar huachito en la cancha, sin embargo fue ahí cuando el Dilla encendió motores y con un doblete cerró una noche mágica.
Primero, cuando con un quiebre de cintura se sacó a su marcador y su zapatazo no tuvo respuesta de Muslera y después cuando se aguantó los empujones de Coates y metió un puntazo pa' hacer explotar el Nacional.
Ese par de pepitas no sólo tienen valor pa' que chilito vea más cerca el Mundial, sino que siguen catapultando a Sánchez a nivel de leyenda, pues con el doblete llegó a 36 pepas con la Selección, se "separó" de Iván Zamorano superándolo por dos goles y quedó a sólo uno de igualar a Marcelo Salas, su ídolo de niñez.
Noche inolvidable pa'l "cauro chico", que se robó la película en el pasto del Nacional y se retiró con la ovación del Nacional completo.