Esta raza, la de mayor alza en Chile, cuenta ahora con croquetas especiales, que facilitan su compleja alimentación.
Sin lugar a dudas, los perros carlinos o pugs son una de las razas mas buscadas por los chilenos (son los que más han incrementado sus ventas en el último lustro), ya sea por lo divertidos y cariñosos, como también por su tamaño, ideal para espacios pequeños.
Eso sí, estos canes de origen chino tienen una particularidad que hace muy compleja su alimentación: tienen una mandíbula braquiocefálica. "Su cráneo es pequeño y su nariz chata, lo que interfiere muchas veces con las estructuras ligadas a la respiración", afirma Carolina Figueroa, veterinario de Royal Canin.
Por culpa de esto, toda la alegría y vivacidad que pueden entregar a sus dueños, se puede ver eclipsada por estos problemas. "Los miles de años de mezcla genética lo han vuelto susceptible a padecer distintas enfermedades, que afectan su calidad de vida", explica la profesional.
Claro que lo más delicado es alimentarlos, por la falla antes mencionada, por lo que es una muy buena noticia la llegada a Chile de una croqueta especial, que es mucho más fácil de digerir para esta raza.
Se trata de croquetas que tienen la particularidad de ser de un centímetro, para que les sea más fácil comerlas. Además, no sueltan ningún tipo de polvillo, para que los pug no se atoren ni se les irrite el tracto digestivo. Las hay en varias marcas, y entre ellas destacan las que desarrolla Royal Canin.
En carne propia
Claudio Castillo, humorista del dúo "Payahop", tiene uno de estos pequeños. "Se llama Luis Miguel, y de verdad que hay que tener cuidado con estos perritos. A veces, cuando está durmiendo parece locomotora con los ronquidos, como cuando uno mete mal la marcha de un auto, y se ahoga. Hay que darles cuidados especiales".
Es tanto lo que se pueden llegar a trapicar, que hay momento en que los dueños deben aplicar medidas un poco más drásticas. "Ellos tienen la válvula de la garganta más larga que otros perros, y a veces cuando llegan a puntos críticos, hay que ayudarlos. Yo le meto los dedos para que no se ahogue, y se le pasa. También hay que tener cuidado con sobreexigirlos, porque aunque les gusta correr y todo, pero se cansan de una. Además, hay que cuidarlos del sol", explica Claudio.