Amante biónico no es de fierro: ¡hasta conversa!

Años atrás, nunca nos hubiésemos imaginado el nivel de tecnología que hoy tenemos, quizá sólo por series o películas futuristas.

Sin embargo, poco a poco hemos avanzado a una velocidad increíble, incluso en tecnologías aplicadas a temas sexuales. De hecho, el año pasado "nació" Samantha, la primera muñeca sexual que se robó todas las miradas, y que dejó en el olvido a la antigua y tosca muñeca inflable.

En su reemplazo apareció una nueva muñequita, que cuenta con un cuerpo cubierto de un material parecido al silicón, llamado elastómero termoplástico para lograr una textura lo más cercana al cuerpo humano.

Esta muñeca fue creada por la compañía Realbotix, que además diseñó una aplicación que acompaña a estos robots sexuales, a los que se les puede cambiar la voz, la cara y hasta su personalidad.

Robotín, el galán. Además de las muñecas, este la misma compañía pensó también en ellas, así que se puso manos a la obra para tener listo al primer gran robot sexual con cuerpo de macho.

Tecnología realista

Una de sus grandes virtudes, además de una piel casi humana, al igual que sus compañeras de fábrica, es que cuenta con un potente pene biónico, con el que busca satisfacer las necesidades de aquellas mujeres u hombres que quieran pasarlo bien en la cama.

Su nivel de automatización es tal, que se puede programar de maneras específicas, con las que se puedan satisfacer los gustos concretos de las persona, y gracias a la inteligencia artificial, el robot aprende los sus gustos del usuario de forma casi perfecta.

Sobre el pene biónico, que es sin duda el gran avance de este androide, se constituye de una estructura de nitinol, material compuesto por una aleación de níquel y titanio, que reacciona a la temperatura cambiando de forma.

Pero estos robots no sólo son sexo, sino que también pueden ser una especial compañía para sus dueños, ya que cuentan con una función que les permite hablar e incluso interactuar con la usuario o usuario y también con familiares u otras personas que se encuentren cerca. De hecho, se le puede programar un comportamiento específico para situaciones especiales.

¿Cómo se le da vida? El muñeco sexual masculino se conecta a la red eléctrica con un cargador, al igual que un smartphone, para que pueda ser usado todo el tiempo que se desee. Además, da la opción de elegir el color de la piel o la forma de las orejas, las facciones y hasta el grosor y tamaño del pene biónico.

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