No serán Jorge Zabaleta ni María Elena Sweet. Pero el rating que generó la teleserie de una pareja de amantes al interior de la Secretaría Regional Ministerial de Educación, en la Región de Atacama, ya se lo quisiera cualquier director de TV.

Resulta que en las distintas reparticiones del organismo a lo largo del país, se hizo conocida la historia de un amor pirata, de esos que saben a miel y huelen a trampa, entre dos trabajadores públicos que en una tarde de abril decidieron apagar su fuego interno con una botella de champaña y unas caricias que acabaron en una relación sexual al interior del salón Edwin Mancilla, dedicado exclusivamente para videoconferencias.

Y tal vez cegados por las ansias de amar, las palomas infieles olvidaron que en dicho lugar se llevaría a cabo una exposición sobre el "Registro Social de Hogares" a nivel nacional, donde participarían delegados de las 16 regiones, los mismos que vieron a la pareja darlo todo: es que la cámara y micrófono estaban encendidos.

Lo ocurrido al interior de esas cuatro paredes fue comentario obligado en todas las Seremis de Educación en Chile y generó el inicio de una investigación, hecho dado a conocer por El diario de Atacama.

La Cuarta se contactó con la Seremi de Educación en la zona, pero sólo habló Cristián Rojas, asesor jurídico del organismo, quien señaló que "se inició un sumario y determinará si es responsabilidad administrativa, penal, civil o de otra índole".

Cabe destacar que dicha investigación comenzó en abril y aún no termina, pese a que éstas no deben durar más de 20 días hábiles.

Fuentes ligadas a la Secretaría Regional Ministerial de Educación aseguraron que los involucrados están casados con otras personas y que se ha evaluado su despido.

No obstante, el hecho no sería un argumento suficiente para su desvinculación.

Los involucrados solicitaron a Contraloría investigar la filtración de las caricias, pese a que fueran vistas de Arica a Magallanes.