Integrantes del cortejo fúnebre de una de las víctimas insultaron al policía.
La noche del sábado, un detective de la PDI hizo uso de su arma de servicio para evitar ser víctima de un portonazo, cuando ingresaba a la casa de su pareja, en Recoleta.
El hecho ocurrió en la esquina de las calles El Roble y Campino, a cinco cuadras del Regimiento Buin del Ejército. Ahí cuatro jóvenes, de entre 16 y 17 años, aprovechando que había un corte de luz en el sector, intimidaron con armas de fuego a un subcomisario de la Brigada de Robos de la PDI de San Antonio, para robarle el automóvil.
Tras el intercambio de balas que se prolongó por varios minutos, el funcionario policial resultó herido y tres de los asaltantes muertos.
Durante la tarde del domingo, integrantes del cortejo fúnebre de una de las víctimas profirieron amenazas en las afueras del domicilio de la pareja del detective.
Cabe recordar que el detective quedó sin medidas cautelares, ya que actuó bajo la norma de legítima defensa.