Mónica Ceballos llevaba a su hijo de 11 años a la escuela. “Fue inexplicable lo que sentí en ese momento, pensaba en los niños”, reconoció su esposo.
Un verdadera tragedia familiar remeció a las comunidades de Alto Biobío el pasado 15 de septiembre: una madre murió al intentar cruzar a caballo el caudaloso Río Queuco, cuando trasladaba a su pequeño hijo a la escuela.
Se trataba de la joven pehuenche Mónica Ceballos Larenas, quien cayó a las aguas del torrente mientras llevaba a su retoño de 11 años.
Tras la caída, la mujer fue encontrada tres kilómetros aguas abajo, mientras que el niño fue rescatado sano y salvo por familiares.
En aquella oportunidad, desde la Municipalidad de Alto Biobío expresaron su dolor y malestar por el fallecimiento de la lamngen Mónica Ceballos. Acusaron abandono del Estado.
“Este accidente grafica la realidad de muchos sectores de nuestra comuna y es un ejemplo más de la permanente incapacidad del Estado para solucionar con pertinencia y agilidad las necesidades básicas del territorio, que aún vive en precarias e indignas condiciones de conectividad, desde hace décadas”, manifestó la autoridad comunal en un comunicado público.
Sin embargo, Mónica ya había manifestado su preocupación y descontento por esta situación. “Esperan que se muera alguien para construir las pasarelas”, se habría quejado la joven de 30 años, semanas antes de su muerte.
Una tragedia evitable
Margarita Solar, miembro de la comunidad Trapa-Trapa, reveló a 24 Horas que “no hacía ni como un mes que (Mónica) había reclamado el puente, incluso andaba con su carta en la mano”.
Por su parte, Gustavo Acuña, profesor de la escuela Trapa-Trapa, explicó que la joven madre de cuatro hijos “era muy responsable, eso queda demostrado en que, a pesar de las condiciones que tenía Humberto (hijo) para llegar a la escuela, ella seguía trayéndolo”.
José María Pereira, suegro de la víctima, precisó “mi nuera fallece por cumplir con el Estado, para que mi nieto pueda ir a la escuela”.
En tanto, Alfonso Pereira, esposo de Mónica, reconoció que fue “inexplicable lo que sentí en ese momento, lo triste que me sentía. Pensaba en los niños (...) Nosotros hicimos una pasarela, pero duró un año”.
Finalmente, Pablo Ortega, abogado de la familia Pereira Ceballos, anunció posibles acciones legales, aunque recalcó que, lo realmente importante, es la reposición de los puentes en la zona.
“Hay un daño terrible que no se va a reparar con nada y que pudiese significar alguna demanda también, pero lo importante es la reposición de los puentes y que no deba morir nadie más por estas circunstancias”, dijo al citado noticiero.
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