Andrés Velasco: "Estaría feliz que Kramer me imitara"

Si la pega como ministro de Hacienda del Gobierno de Michelle Bachelet lo dejó agotado, ahora sí que Andrés Velasco (52) la ve peluda como pre candidato presidencial.

Lleva una vida de locos viajando por Chile con su pierna, la conductora del noticiario de TVN Consuelo Saavedra. Desde que ella dejó la pantalla chica que andan como hermanos siameses y van a cuanta entrevista los invitan.

Recoletano y azul de nacimiento, de chiquitito a Velasco en el cole The Grange le decían “chuncho”. “Mi papá fue presidente la Universidad de Chile e íbamos al estadio todos los domingos. Uno de mis grandes tesoros, que se perdió en una de las mudanzas, es una foto en brazos del gran Leonel Sánchez para el mundial de 1962”.

Su juventud la pasó en Gringolandia y a Velasco se le soltaron las trenzas. Se dejó el pelo largo, pero se le formó un afro porque era crespo. Usó un aro en la oreja izquierda y le encantaba Bob Marley. Tanto así que siguió sus pasos y fumó más de un pito en la universidad. A esto se suma su éxito con las chiquillas porque tenía el don del bla-bla.

Por estos días planea sus vacaciones, las que estarán marcadas por su campaña. Con Consuelo ya piensan arrendar una casa rodante que tenga el slogan presidencial “Voy, vamos, ven”. “Es nuestra idea y queremos hacerla”, asegura el economista.

- ¿Cómo se le ocurrió ser candidato?

- En Chile para ser candidato tienes que decir que no quieres serlo. Un día en el jardín de mi casa di una entrevista, levanté el dedo y dije que estaba pensando en ser candidato. A los cuatro meses otros candidatos hicieron lo mismo, así que impuse una moda.

- ¿Cuál ha sido el mejor piropo que le han tirado en la campaña?

- ¡Es tan rico! Si tuviera 20 años menos, me lo beneficio.

- ¿Cuál es su peor plancha de la vida?

- Llego atrasado a todas partes. En las ceremonias del Gobierno anterior, cuando firmaban decretos, preguntaban: "¿dónde está el ministro de Hacienda?".

- ¿Cuál es su mayor logro?

- Convencer a la Consuelo Saavedra que se casara conmigo. Ese fue un logro monumental porque tuve que trabajar como hormiga.

- ¿Cómo tomaste el apoyo de Consuelo?

- Me lo tomé muy feliz. Al día siguiente que dejó su pega se sumó a la campaña con su talento. La gente la quiere, la aprecia y le cree.

- ¿Le gustaría que lo imitara Stefan Kramer?

- Por qué no. Estaría feliz.

- Pasando a un tema sensible, ¿cómo le cambió la vida el accidente que sufrió su hija Ema?

- De muchas maneras, buenas y malas. Te deja más consciente de lo frágil que son las cosas. La parte buena es que te das cuenta de todo el cariño, la buena onda y el afecto que un país entero puede expresar.

- No cree en Dios, ¿a qué le atribuye lo que ocurrió?

- A toda la gente que la atendió, médicos enfermeras y auxiliares. A la buena suerte, a la buena fortuna, a la fuerza de la Consuelo que es infinita y a la fuerza del amor.

- ¿El accidente de alguna manera te acercó a la gente?

- Yo creo que sí. Era el ministro de Hacienda y casi por definición era el malo de la película. Por circunstancias como ésta, la gente conoció mi lado humano.

- ¿Les afectó la muerte de Blanca, la hija de Benjamían Vicuña?

- Estaba con Consuelo cuando supimos. A él no lo conozco, pero se nos cayó una lágrima porque sabíamos lo que se siente.

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