Andrés Velasco: "Un tipo de un Mercedes Benz me dijo bájeme la bencina, pues hombre..."

Los muebles de la oficina del ministro Andrés Velasco tienen más años que la mala distribución del ingreso. No es porque sea mano de guagua, sino que los conserva por su valor histórico. Los sillones son del cuero de una vaca cuya carne seguramente devoró Manuel Rengifo, capo de Hacienda de los presidentes José Joaquín Prieto y Manuel Bulnes. Además, una pintura del "mago de las finanzas" adorna el muro que lo cobija.

La crisis económica gringa lo sacó a la pizarra para explicar cómo cresta enfrentaremos el traspié del imperio. Dicen que cuando Estados Unidos se resfría a nosotros nos da pulmonía, pero según el ministro estamos con harta vitamina C.

En pocas palabras, el drama en Wall Street nace porque los bancos dieron créditos hipotecarios a personas poco solventes que no pagaron.

- ¿Estamos salvados, máster?

- Lo estamos. Los que saben del tema dicen que somos los únicos de América Latina que tenemos ahorritos y por lo tanto tenemos un colchón que otros países no tienen.

Apenas asumió, Velasco fue calificado como amarrete por sectores del Gobierno y la Alianza, que le exigían gastar la plata del cobre: "Si lo hubiéramos hecho, hoy estaríamos discutiendo si hay que recortar las pensiones, bajar los subsidios en educación o construir menos colegios... Y al contrario, estamos en condiciones de seguir invirtiendo en carreteras, puentes y puertos".

Sobre los fondos de pensiones, cree que los jóvenes no deben urgirse por las pérdidas del grupo A (que parece barril sin fondo), "porque les quedan 35 años para jubilar" y la caída de las bolsas pasará piola. Los tatas sí deben meter la platita en fondos más conservadores.

En relación al elevado IPC, que hizo subir hasta el precio de los helados de las micros a $150, Velasco es optimista. "Ha dependido mucho de los precios de bienes importados", pero las cosas tienden a moderarse, dice.

Respecto a un eventual aumento de la cesantía en los andamios, señala que no tiene una bola de cristal, "pero vamos a hacer un esfuerzo grande para que se siga construyendo".

De la bencina, dijo que los impuestos no bajarán, pese al clamor popular. "Yo salgo a correr todas las mañanas. El otro día iba por la calle y pasó en un Mercedes Benz (de esos jeep grandes que cuestan 40 ó 50 palos) un tipo con su señora y sus dos cabros chicos atrás. Claramente una familia sin problemas de plata. Él, en una luz roja, en buena onda, bajó la ventana y me dijo: Ministro, bájeme la bencina, pues hombre", recordó.

- ¿Usted qué le respondió?

- Yo no le dije nada, pero para adentro pensé: Cómprese un auto menos gastador, pues hombre.

- ¿Cómo lo trata la barra pop?

- La gente es respetuosa y cariñosa. Ando por la calle todos los días, por el centro circulo cuando debo ir al Congreso y al Banco Central. Cuando voy a Codelco ando a pata. Corro solo todos los días del año y nunca he pasado un mal rato.

- ¿Teme sufrir un jarrazo?

- No. Eso estuvo mal, todos nos sacamos la mugre para terminar con la violencia, para que la gente ande libremente. Ese tipo de cosas no tiene nada que ver con la democracia que queremos.

ESCRITOR Y PROFE TROTAMUNDO 

El currículo de este economista es brillante. En EE.UU. fue profe titular de la Universidad de Harvard, que para un pelotero es como jugar la Copa de Campeones por el Real Madrid  y hacer un gol de taco. Tras dos años y medio a cargo de la plata de todos se ve cansado, pero dice que conocía la chichita con que se iba a curar.

- ¿Ha tenido mucha pega?

- Yo trabajé cuatro años acá al lado. Fui jefe de gabinete y luego asesor de ministros de Hacienda, así que algo conocía esta pega.

Otra faceta de Velasco, que según las evas está filete para sus 48 años, es la literatura de ficción. Escribió dos libros que la crítica trató de forma irregular. Del 2003 es "Lugares Comunes", que no fue pirateado y puede adquirirse por dos económicas lucas en algunas librerías.

- ¿Ahora le queda tiempo para escribir?

- Para leer, un poco. Escribir, nada.

- ¿Tiene pensado bajar el ritmo?

- De pega, no. Y de trote, tampoco. Correr es mi manera de quemar energía y distraer la cabeza. Ahora que estamos en primavera voy a hacer distancias más largas. Yo corro 8 kilómetros al día, pero voy a ver si corro una media maratón, así que voy a entrenar firme.

LA CONSUELO LO MANDÓ A COMPRAR AMPOLLETAS ECONÓMICAS

En 2003 se casó con la periodista y conductora de la edición central de "24 Horas", Consuelo Saavedra. Tienen dos niñitas y desde que pisaron el palito forman una de las parejas top de las revistas de papel cuché, más bacanes que Hotuiti y Francisca Ayala o la Cote López y el Mago Jiménez.

El ministro dice que no le complica hablar de la patrona: "Al revés. Yo la conocí cuando salía en la tele, de hecho fue cuando me entrevistó en 'Medianoche'. El jueves estuve en el mismo programa y me acordé de la primera vez. Desde el día que la conocí es figura pública y ha estado en la tele. A veces cuando ando en terreno la gente me dice: Mándele saludos a la Consuelo".

El caporal llevará las cuentas del país, pero en casa con suerte tiene poder sobre el control remoto. Para explicar cómo ahorra en la intimidad, dijo que "a todos nos subió la cuenta eléctrica, pero tenemos la oportunidad de usar una tecnología que no existía hace unos años, esas ampolletas que valen un poco más caro, pero que ahorran luz... Así que me mandaron al supermercado un fin de semana y después me tocó instalarlas en la casa".

- ¿No pasa mucho tiempo en la pega?

- ¡A quién no le gustaría estar más tiempo con los cabros chicos! Además yo me casé viejo y fui papá viejo. Tengo a la Rosa y la Emma. Antes corría con la Rosa, pero está muy grande y prefiero correr con la Emma que es más livianita. Con ella fui a la corrida del Hogar de Cristo

- ¿Y cómo le fue?

- No me fue mal en esa carrera. Fui de los primeros y es probable que haya ganado en la categoría "Papá con Guagua".

En una competencia realizada en Peñalolén cachamos la técnica que usa para correr con guagua. Aprieta sus manos en la barra del coche y carga su peso sobre él. "Claro pues, cuando vamos en subida el coche sirve para afirmarse. He corrido varias veces con guagua, además tengo un coche con ruedas como de bicicleta que es perfecto para salir a correr".

Sebastián Foncea M.

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