Arde la web con historia de los fósforos moteleros

En el ABC del buen patas negras hay reglas básicas que deben seguirse al pie de la letra: como no llegar con el pelo mojado a la casa, no quedarse con la boleta en los bolsillos, y menos traer un souvenir como una caja de fósforos del volteadero. No cumplir estos mandamientos implica ganarse con toda razón una PLR de su peor es na'.

Hace algún rato ya está dando vuelta en las redes sociales la historia de un compipa que, por culpa de una cajita de fósforos de un motel, estuvo con una patita fuera de su casa. Lo peludo es que, según su relato, se la habrían dado por error y él no tiene nada que ver en el entuerto.

El caso ya es conocido en el mundo de los ciberñoños como como la "chiva más buena del mundo".

Resulta que el compadre que identificaremos con sus iciales F.T. relató a Línea Directa de El Mercurio, que el 30 de noviembre de 2012 fue con su familia al casino Enjoy de Los Andes.

En un momento, asegura, se separó de su prole y fue a comprar puchos en el bar del recinto, pero como no tenía con qué encender el cigarro pidió un encendedor a la mesera, quien le pasó una cajita de fósforos.

F.T. asegura en la carta que no se percató que la publicidad del artículo era de un motel y cuando llegó a la casa dejó la cajita en su velador y se olvidó de ella. El atado es que su mujer encontró los fósforos un mes después y ardió Troya, ya que se pasó el manso rollo.

Por ello el hombrón plantó un reclamo al casino, pidiéndoles que eliminaran la publicidad que no fuera del mismo recinto, explicación que causó furor entre los internautas que aplaudieron al socito.

ESPALDARAZO

Como la historia ha estado dando vueltas con más entusiasmo los últimos días en féisbuc o tuiter, La Cuarta se contactó con Enjoy Santiago, donde ratificaron la misma respuesta que se dio a F.T. en su minuto. El casino aseguró que todo se pudo haber producido por un error por parte de la mesera que le pasó lo primero que tuvo a mano; que las cajas de fósforos de todos sus puntos de venta tienen el logo de la empresa y que ésta, en particular, puede haber pertenecido a otro cliente que la dejó olvidada en el recinto.

Enjoy lamentó el mal rato que pasó el cliente con su mujer y adelantó que se preocuparía de que no se repita una situación parecida.

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