Una PLR que sonaría hasta en las costas de Hawai y Japón propuso la Armada para el ex dire del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), comandante Mariano Rojas, debido a la condorienta cancelación de la alerta de tsunami tras el terremoto del 27 de febrero. El 4 de marzo pasado el marino fue relevado de su cargo por el almirante Edmundo González. El Ministerio de Defensa recibió ayer el informe con el luqueo hecho por la Armada sobre la actuación del SHOA.
En un comunicado, la cartera de Estado informó que la investigación permitió "identificar los grados de responsabilidad comprometidos y propone las sanciones disciplinarias para quienes participaron en el proceso de la toma de decisión". En el caso de Rojas "corresponde a una separación del servicio naval", y para el oficial jefe de guardia de ese día "una amonestación escrita de carácter gravísima".
Defensa agrega que "de lo anterior se pudo confirmar que si bien en el plano de la alerta el sistema funcionó y ésta fue dada con oportunidad, en la decisión de cancelar posteriormente la alerta del tsunami se cometieron errores técnicos y administrativos". Para la decisión se analizaron la calidad del desempeño de la organización en la toma de decisiones, la capacidad técnica para cumplir sus obligaciones, además de la asesoría técnica y coordinación con los organismos del Estado en el ámbito de la emergencia.
Defensa envió al tirante a Don Tatán Piñera una copia de la investigación. Antes de recibir el informe, el minsitro de Defensa, Jaime Ravinet, aseguró que se hará todo lo necesario para realizar una buena investigación y que sólo el Presidente es el encargado de remover cargos. "Ese es un tema estrictamente presidencial; sin embargo habría que analizar el informe y el Presidente evaluará", recalcó.
FISCAL SOLANGE HUERTA RECONSTRUYE LA "RUTA DE LA MUERTE" EN LLOLLEO
Lo que se podría calificar como la reconstrucción de la "ruta de la muerte" por el tsunami realiza la fiscal Solange Huerta. Ayer la persecutora se constituyó en el SHOA, donde recabó pruebas documentales de las comunicaciones post terremoto entre los diversos organismos. Luego se trasladó a las costas de Llolleo, donde realizó una medición de la superficie que abarcó el maremoto, mediante equipos GPS.