La "malacué" del candado de la Unión es pa' no creer. Cache que Cristián Guerra estaba devolviendo hasta los "luchitomario" en Rancagua, al punto que había tapado hasta un penal, pero su tarde acabó de la peor forma.
Entusiasmado el cabro de 22 años porque Martín Palermo le hizo un hueco en la portería de los panaderos para dejar al Mono Sánchez fresquito pa la Libertadores, se puso lo guantes y hasta ahí todo pulento.
Sin embargo, llegó el maldito minuto 41. Guerra le tapó un mano a mano a Juan Fuentes, pero un choque accidental dejó al arquero con el hoci bañado en chocolate y además perdió tres chocleros y sufrió fractura de ñata.
Contó lo mal que está
Con la boca aún como papa, el malogrado arquero ayer contó su experiencia religiosa al diario pop. "La sensación por el accidente fue de impotencia, porque desde que vi mis manos supe que no podría terminar el partido", soltó el atajapepas.
Tal como su apellido, el Cristián no quiere más guerra, porque ni siquiera sabe cuándo podría volver a entrenar. "Estamos evaluando la situación con todos los médicos del club, y también en la clínica Las Condes", cerró el "Yuyín".
Al arquero ahora sólo le queda hacer reposo y esconder los espejos, pero por poquito tiempo. En mayo estará impeque para decirle "sí, acepto" a su novia Chanel, con quien está comprometido. Y si ella lo regalonea, más fácil será la recuperación.