Fue en septiembre de 2016 cuando todos quedamos con el molde bien abierto, tras ver la imagen del portero Claudio Abarca pateando la cabeza del delantero Diego Díaz.
Es que claro, la escena que dio rápidamente la vuelta al mundo, en la mocha entre General Velásquez y Estación Central, no se pudo borrar del disco duro, tanto así que le cayó todo el peso de la justicia pelotera en le Tercera División nacional.
Pese a pedir disculpas, a Abarca le dieron cuatro años de lumazo, por lo que su carrera comenzaba a terminar rápidamente.
EQUIPO NUEVO, VIDA NUEVA
Claudito encontró una nueva oportunidad en el fútbol, aunque lejos de nuestras fronteras donde está sancionado.
El Universidad Central de Venezuela, de los potreros llaneros, le abrió las puertas. Y no fue cualquier portón, eh, pues el club es uno de los más antiguos de la patria chavista (fue fundado en 1950).
A sus 23 años, Abarca firmó por una temporada.