El subsecretario de Salud conversó con La Cuarta de su lado más humano. Su problema con lavar platos, su fanatismo por la U y las confesiones de amor "de hombres y mujeres", fueron parte de la cháchara con el subse de Redes Asistenciales.
Apenas llegamos a la oficina de Arturo Zúñiga, la advertencia antes de empezar a conversar sale casi automática: "Porfa, pónganse ahí detrás del mesón, para mantener la distancia y ojo que lo digo por ustedes, porque vengo llegando desde Punta Arenas".
Y es que los últimos meses de la vida de este ingeniero comercial, quien asumió como subsecretario de redes asistenciales en julio del año pasado, se resume en reuniones, viajes y puntos de prensa, un camino que nunca imaginó transitar cuando asumió el cargo.
"Me acuerdo que cuando le conté a mi señora se preocupó y yo le dije, 'tranquila, nómbrame dos subsecretarios que conozcas. Es un cargo de bajo perfil', jajajá", recuerda risueño Zúñiga, quien ya es una cara conocida por los chilenos debido a su participación en los informes diarios de la pandemia.
-¿Y ha calculado cuántas veces ha salido en TV desde marzo?¿Le guardan los recortes de diario?
- Uff, yo creo que ¿unas cinco veces al día? Al principio me juntaban todas las apariciones, pero ya se aburrieron.
-¿Es de verse, analizar cómo lo hizo?
- No sé si analizar, pero si creo que he mejorado bastante. La timidez a veces traiciona, pero trato de mejorar día a día.
-Habló de su familia, pero ¿cómo ha pegado en la interna su trabajo?
- Es lo más difícil, porque hasta hace unos días no había tenido un fin de semana libre en todo el año. Me han tenido mucha paciencia, pero es el costo más alto en lo personal.
-¿Al punto de pensar en tirar la toalla?
- No. Siempre he dicho que si no fuera yo, sería otro en lo mismo y he disfrutado estar en movimiento, recorriendo regiones y estando en todo lo posible.
-Si la deuda en casa debe ser grande. ¿Qué le toca hacer cuando está presente?
- Espero pronto poder arrancarme con la familia a un lugar donde no haya señal de Internet, pero falta para eso. En casa hago los asados, que no sé si cuenta, pero de las labores la que me carga es lavar los platos. Prefiero hacer todas las camas antes de esa.
-¿Y tiempo para cultivar el amor de pareja?¿Se considera un romántico?
- Sí, creo que soy un romántico. No necesariamente de cena con velas, pero si de darme tiempo con mi señora, más allá de que hoy estoy al debe por la carga laboral.
-Igual le llegan hartos piropos por redes sociales...
- La verdad es que algunos, confesiones de amor, de hombres y mujeres, que se agradecen, pero no las respondo. Soy un hombre casado.
-¿Y ha habido tiempo para salir con amigos, ahora que se puede?
- Lo retomé hace poco y sí me he juntado con amigos, pero cuento si somos más de lo permitidos, ya es una costumbre.
-Deben decir 'ahí viene el Arturo a fiscalizar'...
- Jajajá. Trato que no, es un espacio para distraerse, pero siempre terminamos hablando de esto, lo que tampoco es malo porque hay que generar conciencia.
"Superman"
- ¿Y otro pasatiempo que lo saque del trabajo?
- Era de jugar fútbol, primero como arquero y ahora de defensa, pero de marzo que no piso una cancha y va a estar difícil agarrar ritmo de nuevo.
-¿Algún referente en el arco?
- Mi ídolo de siempre, el "Superman" Vargas. De chico era hincha de la UC, pero me cambié y era de ir al estadio, cuando se podía. Viví y descenso de la U y el título del 94 cuando tenía doce años. Le he tratado de traspasar esa pasión a mis hijos y de a poco se va logrando.
-¿Y le tuvo miedo al "fantasma de la B" el año pasado?
- Sí, obvio. Si el torneo pasado no terminaba así, nos íbamos a segunda.