Fue una cosa terrible. Nadie se esperaba algo así. Los únicos que anunciaron que el aguacero sería brígido fueron los capos de Meteorología, pero nadie los pescó mucho. Lo que vino después fue aterrador.
Pueblos destruidos, familias divididas. Una tragedia inmensa para la Tercera Región. Han pasado casi ocho meses desde el aluvión que les pegó a las regiones de Atacama y Coquimbo, y hay quejas por lo lenteja del proceso de reconstrucción.
En la zona norte atacameña, el concejal Aldo Tapia lidera el piteo. El hombrón está clarito: "Chañaral debería estar paraíto…, pero hubo anomalías en la entrega de los dineros asignados para las zonas de catástrofe y estamos ahí nomás".
El representante comunal acusa que habló hasta con la mismita Presi para exponerle la situación.
"La Jefa tomó nota y la Subdere ya está investigando. Fíjese que a los empresarios del transporte Asotrach les tenían que pagar 250 millones y les quieren pagar a través de un tercero, que más encima les va a descontar y los cabros se han sacado la mugre trayendo de aquí pa' allá", dice Tapia.
Pa’ muestra, grafica que en calle Merino Jarpa todavía hay casas en que no sacan el lodo. En todo caso, dice que la Subdere los notificó que le pondrán ojímetro a una fiscalización en conjunto con la Subsecretaría de Hacienda y de Interior. Asegura que "hay molestia en la gente".
Agricultura en Alto del Carmen
Jorge Villar, administrador municipal de Alto del Carmen, la comuna más afectada por los aluviones, reconoce que "en Alto del Carmen el desastre más grande fue agrícola, con aluviones que dejaron la escoba, sobre todo a unos 10 kilómetros al interior, en el pueblo de Retamo y más arriba de Marquesa".
Y aunque nunca se cuantificó, se han puesto las platas pa’ arreglo de suelos, canales y más de 80 casas dañadas.
Villar dice que con la alcaldesa todo terreno Carmen Bou fue la comuna que primero se paró.
Y si bien la ayuda ha llegado pronto, "la demora está en los temas administrativos, por ejemplo se están levantando los alcantarillados que deberían haber estado hace cuatro meses, pero conseguir contratista es difícil, porque somos una comuna aislada".
Incluso, se cachiporreó indicando que en Alto del Carmen se producen los primores, "así que por este mes de noviembre comenzamos a exportar". Ándate, cabrito.
De Tierra Amarilla a Tierra de Cesantes
Juana Iribarren, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos "Siglo XXI" de Tierra Amarilla, que agrupa a 19 organizaciones, está en la dura.
"Estamos casi igual, hacen puras tonteras, no se hace nada con la cesantía…. Después salen con que la empresa se va a quiebra y punto".
La vecina, que está enojadísima, sigue: "La solución no es una casa portátil, las autoridades locales han luchado, el alcalde se pone las pilas, el pobre hombre ha luchado por la comuna".
El palo tira pa' arriba pa' la intendencia y asegura que no los han pescado. La señora Juana, dice con penita: "Imagínese, viene Navidad, madres solteras, licenciaturas, pagar cuotas y no hay ni una pega ni billete".
En todo caso, la dirigenta vecinal asegura que todo no es tan malo. Cuenta que la empresa minera Pucobre, con su cacique, el gerente Jorge Soto, han ayudado caleta "pa’ construir casas, trasladar y atender gente enferma, incluso dan trabajo para tareas de limpieza".
Y como decía don Enrique Maluenda, "poquita plata, pero segura".