Atenta, Súper Xuxá: Recopilan mil 500 picanterías

Emilio Rivano Fischer (50) es doctor en Lingüística de la Universidad de Lund (1991) y también ha enseñado en las de Berkeley, Concepción y California, desde 2006 hasta 2009.

Además es autor de un montón de libros, entre ellos "Chileno Callejero". Es hijo del filósofo Juan Rivano y sobrino del escritor, dramaturgo y librero de calle San Diego, Luis "Paco" Rivano. De familia le viene la cosa...

Su última obra, a la cual tuvo acceso en exclusiva La Cuarta, la académica del lenguaje, es "Chile Obsceno. Diccionario de Obscenidades Chilenas". En ella Emilio recopila mil 500 términos de uso habitual entre la barra pop, pero que en el ambiente cartucho califican de inmoralidades, insolencias, vulgaridades, garabatos, injurias, insultos, vilipendios, picanterías, obscenidades y groserías.

¡EJEM!

Aquí vamos con algunos ejemplos -comentados por nosotros- y que Dios nos pille confesados.

- A calzón quitado: "Sinceramente, sin inhibiciones, decir las cosas por su nombre". No faltan los que aprovechan la ocasión para fines inconfesables.

- Aconchársele los meados: "Acobardarse, no atreverse, retroceder, amariconarse". Emilio olvidó "tirar el poto pa' las moras" y "tirar pa' la cola".

- Entrar al área chica: "Acercarse al acto sexual". Proponemos "tenerla lista pa' la foto" o "parece que el chancho ya está tirado".

- Estar como el ajo: "Estar mal, como el forro, pa' la cagada". Imagen condimentada del chileno actual.

- Filete: "Mujer sexualmente atractiva". Con cuatros piscolas, cualquier posta paleta puede alcanzar la misma categoría.

- Cuero de chancho: "Resistente, impávido, como si oyera llover". Al cuma puede estar muriéndosele su abuela, pero sigue viendo por la tele cómo le sacan la cresta a Massú.

- Cueva: "Trasero, nalga". Los que la tienen sobredimensionada, se llaman "afortunados".

- Quedar la zorra: "Producir el caos alboroto o escándalo". Situación que se produciría si ME-O pasa a la segunda vuelta.

- Sentarse en el trono: "Sentarse en la taza del baño a defecar". O a practicar el onanismo. Cagar como caballero. El trono de la reina Isabel, dicen, está forrado en terciopelo, y del estanque emana agua de colonia.

- ¿Será huevón?: "¡Qué estúpido, qué tonto, qué ridículo!". Se puede aplicar, sin temor a equivocarse, a todos los candidatos que abandonaron sus partidos para postular a La Moneda como independientes, y que hoy no despegan del 1%, cifra que ni siquiera incluye a su familia.

- Ser calzón y poto: "Ser inseparables, amigos íntimos". Un buen ejemplo es la dupla Fidel Castro y Maradona. Los une su común pasión por las pelotas.

- Ser puro hocico: "Prometer, pero no cumplir, fanfarronear". Me abstengo de dar ejemplos por temor a una querella por injurias y calumnias.

- Tirarse los peos más arriba del poto: "Ostentar, ser quien no es, excederse en gastos por pretensión". La mayor parte de la llamada clase emergente. Los shilenos que compraron casas de 5 mil UF y autos de 12 palos con sueldos de 600 lucas, y que hoy están encalillados hasta la tusa, sumergidos en la clandestinidad o escaparon del país dejando a sus hijos al cuidado de sus abuelos, y matriculados en colegios municipalizados.

- Matar la gallina: "Fornicar, tirar". La culpa la tienen los huasos, que, a falta de mina, recurren a los plumíferos que, por no dar el peso, mueren en el acto, y terminan en cazuela o arvejados. A este plato se le llama "Así terminó la novia del Ernesto".

- Mata de huevas: "Idiota, estúpido, tonto, gil". El que se las cree todas, incluso las historias de ovnis y videntes. El que dice "éste no va a robar, porque es millonario".

- Mear fuera del tiesto: "Equivocarse rotundamente; no aceptar algo". Partidarios de redibujar el Escudo Nacional.

- Nica: "No, en absoluto, eso no". Ni cagando. Nicosia, ni loco, Nicanor, chiaaa.

- Meter la puntita: "Iniciar la penetración sexual". Dicho que encabeza, por lejos, el listado de mentiras más comunes entre los chilenos. Superado sólo por "voy y vuelvo" y "préstame luca y te la pago mañana".

"ESTAMOS EN PLENO DESTAPE"

Para Emilio Rivano Fischer, el habla obscena "cumple necesidades básicas de evacuación. La cantidad de mierda que tenemos que comernos todos los días tiene que salir por algún lado".

- Pero en voz baja y para callado...

- Como se trata en general de lenguaje tabú, son productos clandestinos, condenados como ilegales, prohibidos y perseguidos por los oficialismos y sus oficiales.

- ¿Porque dicen las cosas por su nombre, sin eufemismos?

- Claro. Las obscenidades chilenas nombran adecuadamente su objeto en los contextos abusivos de nuestra sociedad. Por ejemplo, si sabemos de políticos que roban, entonces esos personajes no cometen irregularidades, sino que son unos pungas y unos ladrones de mierda. Si percibimos que hay jueces que se apartan de sus deberes, hablamos derechamente de weones chuecos.

- Es duro lo tuyo.

- Es que las obscenidades expresan adecuadamente nuestros sentimientos. Un hombre atractivo es un mino rico. Uno fastidioso es un pesado hinchahuevas. Una erección es "andar con la piedra". Alejarse apurado o asustado es apretar cachete o apretar cueva. Tenemos incontables recursos expresivos a nuestra disposición.

- ¿Y vamos derecho a "enriquecer" nuestro lenguaje con esta catarata de wevadas?

- Sí, hay un destape lingüístico que ha ido creciendo en los tres últimos decenios. Estamos en pleno destape. El fenómeno es innegable. Produce cierto escándalo en ciertas esferas, pero está con nosotros. Con el lenguaje obsceno vamos tirando la cadena de los residuos personales y sociales que nos afectan.

Manuel Vega O.

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