“Atento a cada botón”: exministro recuerda extraño comportamiento de Piñera en fragata y revela su talón de Aquiles

Presidente Piñera en Talcahuano. /Foto: AgenciaUno.
Presidente Piñera en Talcahuano. /Foto: AgenciaUno.

“Su estrategia electoral era mala, pero prefería demorarse. Si despreciaba lo chanta, era porque era un soñador”, afirmó uno de sus cercanos, a un mes del fallecimiento.

A un mes del deceso del expresidente Sebastián Piñera, su otrora ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, le dedicó una emotivo columna.

En La Tercera, el abogado señaló que “con un poco más de perspectiva, quiero rendir tributo a ese corazón grande del expresidente Piñera, aquel que para muchos se escondía bajo una corteza impaciente y algo tosca. Lo hago ahondando en algunos recuerdos de más de 35 años de amistad, que develan una faceta más desconocida de este hombre al que la mayoría solo conoció como Presidente, político y empresario”.

Luego, procedió a recordar que conoció al exmandatario a los 15 años. “Fue observándolo que aprendí el valor del tiempo en toda su integridad. Cuando Piñera terminaba su período en el Senado recibimos una invitación junto a otros parlamentarios a visitar la fragata de submarinos en Talcahuano. Una visita de 12 horas en la que nunca lo vimos. Porque mientras nosotros leíamos y barajábamos cartas, Piñera no salió de la sala de control atento a cada botón, y cada explicación que recibía. No contó las horas, las aprovechó al máximo”, reveló.

“Valoraba su tiempo, pero también el de los demás. Quizá por eso hablar con él por teléfono o leer sus WhatsApp era todo un desafío. Iba extremadamente directo y al grano. ¡Por favor sintetice!, era una frase recurrente, porque no le gustaba hacer esperar a quien seguía después en su apretada agenda. Pero valoraba el tiempo también por otro asunto: necesitaba parte de sus días para dedicarlo a otros que necesitaban de él: no dejaba llamadas sin responder e invitaba un café a todo aquel que le pedía consejo: ex colaboradores que preparaban directorios, alcaldes ante decisiones importantes, economistas que partían a estudiar fuera sus doctorados, incluso algunos que atravesaban problemas familiares. Para ellos siempre guardó tiempo”, añadió.

En la misma línea, el exministro señaló que Piñera “tenía un pudor extremo de no caer en el populismo. Su estrategia electoral era mala, pero prefería demorarse. Si despreciaba lo chanta, era porque era un soñador que anhelaba y se oponía a todo lo que ahogara esos anhelos. Valoraba el tiempo, pero no le quitaba minutos al trabajo bien hecho”.

El talón de Aquiles

“El expresidente era fuerte y avezado, pero tenía un talón de Aquiles: el amor a su mujer, a sus cuatro hijos y a sus nietos. Él se daba cuenta de que sin ellos no habría sido ni la mitad de lo que fue, y en sus momentos más duros, siempre se refugió con ellos. Lo mismo con sus amigos, quienes fueron sus amigos de siempre. Recuerdo cuando no dudó en visitar a uno que estaba con problemas judiciales, a pesar de que sus asesores le aconsejaban desistir, para no ser flanco de críticas”, continuó.

En conclusión, Monckeberg señaló que “Piñera fue un hombre en momentos criticado, porque era difícil conocerlo en profundidad. Por su apariencia a veces dura, daba la sensación de ser una persona más pragmática de lo deseable. Pero lo cierto, es que escondía un corazón de carne, grande, que se conmueve y agita y que en estos días hemos podido ver en cuerpo tangible con la avalancha de cariño demostrado por tantas personas”.

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