Las cirugías plásticas son cada día más comunes, incluso con la tarjeta del supermercado se pueden pagar algunas operaciones menores. El doctor Claudio Thomas, presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica (SCCP), señala que cerca de 18.000 personas se sometieron a una en 2017.
En su mayoría son mujeres, "los hombres ocupan el 10%, aproximado, en cirugía estética. En cambio, en cirugía reconstructiva este porcentaje es mayor, ya que tienen más accidentes laborales". Tanto así que, en el Hospital del Trabajador, el 80% de las cirugías reconstructivas se realizan a hombres. Se estima que cada año hay un aumento de un 20% de estas intervenciones.
Pero no todo pasa en Santiago. El doctor Osvaldo Jury, cirujano plástico que trabaja en Concepción, realiza 150 cirugías estéticas mayores por año. Y él estima que en la Octava Región se realizan sobre las 1.200 intervenciones.
"Cuando empecé a operar en Chile, el año 2004, se hacían menos cirugías. Era algo oculto, ahora es totalmente transparente, los hombres se hacen mucho más y no lo ocultan, incluso lo recomiendan a sus amigos. Nosotros hacemos cinco veces más cirugías que en 2004, eso al ojo, es como un 500% más", cuenta el doctor Harold Bayo, quien maneja el "Proyecto Dr. Bayo", con el que busca acercar la cirugía reparadora y estética a las personas con problemas físicos o alteraciones de la imagen corporal y cuyos ingresos mensuales sólo les permite acceder a una cirugía plástica con facilidades de pago.
Tendencia
Dos son las operaciones que están marcando el escenario nacional: la umbilicoplastía y la abdominoplastía. La primera mejora la apariencia del ombligo y de paso elimina cicatrices producidas por los piercings o saca el exceso de piel que se produce cuando se baja de peso. La segunda remueve exceso de piel y grasa de la zona abdominal.
A diferencia de lo que muchos piensan, no es poner "calugas", ya que no se trata de prótesis, sino de "moldear y manejar un poco la zona abdominal para dar el aspecto del músculo", acota Bayo.
¿Pero cuánto sale operarse? No hay un precio fijo, ya que depende del tejido adiposo que tiene cada persona. Si hablamos de las dos zonas abdominales de un hombre, el valor se inicia en los $800.000, mientras que operarse el ombligo puede salir desde $1.600.000.
Las otras cirugías estéticas más comunes son la abdominoplastía (desde $1.800.000) y los implantes mamarios (desde $1.500.000); a nivel de cirugías médicas destacan las correcciones de nariz (desde $1.200.000) y las cirugías bariátricas (desde $1.400.000).
¿Cuándo entrar a un pabellón? Para el sicólogo clínico y académico de la UBO, Rodrigo Pereira, la edad recomendable para realizarse una cirugía estética, desde el punto de vista psicológico, es a partir de los 18 años, porque, dependiendo del grado de madurez, los adolescentes cierran su estructura de personalidad a esa edad, por lo que se tiene la posibilidad de tomar una decisión más personal de qué y cómo hacerse una intervención.
Mitos
Como hay preguntas que rondan siempre entre los pacientes, las cuales tienen que ver más con mitos que con realidades, el doctor Bayo da respuesta a dichas interrogantes.
-¿Se requieren retoques continuos?
-Verdadero. Si bien es cierto que la mayoría de los tratamientos son de por vida, no hay que olvidar que el proceso de envejecimiento es continuo e inexorable.
Con respecto a qué cirugía se elige, eso dependerá de la respuesta a la siguiente pregunta: ¿Con esta cirugía usted desea un cambio moderado o lo mejor posible? Si hablamos de retoques periódicos, estos no son porque no estén contentos con los resultados, sino porque existe una necesidad de verse aún mejor. Bayo siempre aconseja comenzar con el procedimiento más simple y avanzar lentamente hacia otros más complejos, pensando en un cambio gradual y que se vea, sobre todo, natural.
- ¿Los rellenos faciales provocan que se deforme la cara?
-Falso. Si bien es cierto que es importante el material que se utiliza como relleno facial, más relevante es quién realizará el procedimiento. Clave es la ética y el profesionalismo del cirujano plástico, lo que implica usar elementos inocuos para el paciente y criterios técnicos y estéticos, lo que se traduce en un resultado estéticamente natural.
Uno de los rellenos más usados y con prácticamente nulos efectos adversos es el ácido hialurónico, un producto aprobado por la FDA.
Como dato práctico: nunca dejar que le inyecten, en ninguna parte del cuerpo, especialmente en el rostro, productos proscritos como el metacrilato (metacril). Hay casos íconos, en el que el metacril produjo cambios notorios, dejando al paciente con un rostro deforme y casi sin solución. ¿La razón? Este material impregna los tejidos en donde se inyecta, lo que imposibilita su extracción.
-¿La liposucción adelgaza?
-Falso. Una liposucción no es un tratamiento para adelgazar o bajar de peso, sino que es excelente para eliminar el exceso de tejido graso o simplemente la grasa localizada en nalgas, caderas, abdomen, muslos y otras partes del cuerpo. Ahora, si este tratamiento lo acompañamos de una dieta y la práctica de ejercicio de forma regular, lograremos un cuerpo esbelto y atlético que perdurará en el tiempo.
-¿Quedan muchas cicatrices en la piel?
-Falso. Si bien es cierto que como en cualquier cirugía las cicatrices existen, en esta disciplina se cuenta con la técnica para aprovechar los pliegues, arrugas y cavidades de la piel que permiten ocultarlas. Pero no hay que olvidar que más importante que una cicatriz es la figura corporal.
Por ejemplo, en una cirugía facial donde había una cicatriz se intercambian muchas arrugas por una cicatriz, la que con el tiempo llega a ser imperceptible. La cicatriz de una cirugía mamaria pasa a un segundo lugar, dando importancia a la forma mamaria final.
-¿La cirugía plástica sólo mejora el aspecto exterior de las personas?
-Falso. Los pacientes reconocen un cambio de actitud luego de someterse a una cirugía plástica, porque tras la intervención se logra dar solución a un problema físico que le impedía sentirse bien consigo mismo.
Por ejemplo, las pacientes que se colocan implantes mamarios, que desde una mirada superficial se diría que sólo se trata del aumento de volumen, en la experiencia del doctor Bayo, lo más relevante no es el cambio físico, sino que el emocional. Tras la cirugía, sus pacientes señalan: "Algo cambió dentro de mí".
- ¿Los implantes mamarios afectan a la lactancia y dificultan la detección de cáncer de mama?
-Falso. El campo de la cirugía plástica ha evolucionado de manera considerable, tanto en las prótesis mamarias como en las técnicas de intervención.
Las prótesis utilizadas para un aumento de senos deben estar colocadas de forma adecuada: lo más frecuente es en posición retromamaria, es decir, entre la glándula mamaria (por delante) y el músculo pectoral (por detrás), así no supondrá un obstáculo para el diagnóstico con mamografías y resonancias magnéticas.
Existen estudios que revelan que la mortalidad en pacientes portadoras de implantes es menor, ello por la mayor preocupación que tienen de examinarse periódicamente, por lo que si se llega a encontrar alguna masa mamaria anómala es en su estado incipiente, lo que permite realiza un tratamiento precoz y efectivo.
Además, no hay estudios que asocien la silicona utilizada en los implantes con el cáncer mamario. Aumenta su seguridad al ser fabricadas con silicona de alta densidad, lo que impide su migración por el cuerpo en caso de rotura por traumatismo.
Respecto a reemplazar las glándulas mamarias por implantes, tal como lo hizo Angelina Jolie y otras figuras de Hollywood con el fin de prevenir la aparición de cáncer mamario, el doctor Bayo indica que "la glándula de la paciente es la que tiene la potencial capacidad de anidar un cáncer por varios antecedentes, como tener historial de familiares con cáncer y resultar marcadores positivos que indican mayor posibilidad de tener un cáncer".