Las salas de clases nunca más serán las mismas. Ese es el sueño del Departamento en Pro de la Educación de Google, que va por el mundo llevando la bandera de la revolución digital, con la que sueñan conectar al mundo entero, equiparando las posibilidades.
El gigante tecnológico, en conjunto con la red de colegios SIP, trabaja en una nueva modalidad de estudios en Chile, partiendo en estos establecimientos vulnerables, para luego extenderse, y todo gracias a los Chromebooks, algo así como un netbook, con el que los alumnos han dejado los cuadernos en el olvido, pues ahí lo tienen todo.
"La alianza que firmamos con Google el 2017, consiste básicamente en que nuestros profesores se puedan certificar en habilidades digitales primeramente, y luego una segunda certificación, en donde ellos ya ponen estas herramientas en la sala de clases, con prácticas innovadoras y con metodologías distintas. Lo que buscamos es que estos profesores sean referentes de innovación", cuenta Santiago Blanco, director de SIP.
Para Google, Chile resulta atractivo -el proyecto sólo existe acá, en México y Brasil en esta zona-, al menos así lo explicó Rodrigo Pimentel, director de Google for Education en Latinoamérica.
"A nosotros nos encanta trabajar al revés de la industria, lo que significa crear ejemplos, y empujar mediante estos la tecnología. Entonces, el gran referente es la red SIP, donde encontramos lo que buscamos, que es un lugar para crear una cultura de la innovación bajo sus valores. Con toda la experiencia que tienen ellos, nosotros podemos saber cuándo activar una herramienta equis, vemos lo que tenemos, y vamos a saber cómo va a salir eso, ese es el punto clave. Estamos empezando en Chile con un referente fuerte", dejó en claro.
Según Pimentel, la principal ventaja de este sistema es que "son dispositivos para salones de clases, no son dispositivos generales. Además, se puede crear una política de uso, y por grados. Aparte que no necesita antivirus (utiliza un sistema operativo distinto a Windows), tiene una batería que dura más de 8 horas de uso continuo y, por si fuera poco, hay más de 2 millones de aplicaciones de Android para descargar".
Control
Para las escuelas, los Chromebooks pueden ser una gran herramienta en clases, pero a los jóvenes siempre hay que normarlos y no darles todo en bandeja. Por eso, se pueden controlar las "apps" que utilizan en sus dispositivos. "Así como los celulares tienen 'modo avión', los Chromebooks tienen el 'modo escuela', y con esto crear la política de uso que se desee. Cada establecimiento tiene la posibilidad de dejar ocupar o vetar una 'app', la política para sus estudiantes la crean ellos", admite Pimentel.
Entre las mayores innovaciones, están la pizarra y los plumones digitales, los que gracias a un proyector, permiten que sobre una superficie blanca se proyecte la pantalla del profesor, que está en contacto con los dispositivos de sus alumnos.
Todo está tan interconectado, que un joven puede teclear en su aparato y la respuesta que da aparece inmediatamente proyectada para todos, sin esa angustiante sensación de pasar a la pizarra. Ahí, el profesor la revisará y entre todo el curso buscarán las respuestas correctas, lo que hace más didactica y participante la experiencia en la sala.