Las agujas del reloj análogo del Motel Okoa marcaban pasados el 6 y el 9, es decir, las 18.45 horas, cuando unas trabajadoras alertaron la presencia de una llamarada proveniente de unas bodegas ubicadas en un rincón del inmueble y no de las habitaciones, lugar donde acostumbran a sentir altas temperaturas.
De inmediato se activaron todas las alarmas y se le informó a la distinguida clientela, que a esa hora profesaba su amor más profundo a sus acompañantes, el deber de abandonar el nidito de amor por su propia seguridad y salir con lo puesto del lugar.
Rápidamente, llegaron voluntarios de 13 compañías de Bomberos a la intersección de la Avenida Américo Vespucio con Tacora, en la comuna de La Granja, para acabar con las llamas que amenazaban con consumir por completo el avión que Javier Margas, dueño del recinto, compró en el año 2012 para convertirlo en una experiencia religiosa para sus tripulantes, mientras Carabineros acordonaba el sector para evitar que algún curioso pusiera en riesgo su integridad por mirón.
Afortunadamente, el rápido actuar de Bomberos logró evitar que el Boeing 737, por el que el ex futbolista de Colo Colo invirtiera $15 millones, quedara en cenizas.