Ella ya dijo que no va más. Que dos períodos, aunque no seguidos en La Moneda, son suficientes, especialmente este último, donde le tocó enfrentar el éxtasis de la victoria y los sinsabores y amargura de dos hechos que la tocaron muy de cerca.
Fue en el verano-otoño de 2015 cuando la vinculación de su hijo, Sebastián Dávalos, en el caso Caval, y la salida de su "hijo político", Rodrigo Peñailillo, significaron abruptamente la pérdida de aprobación ciudadana en las encuestas, algo que, al acercase al final de su mandato, empieza a revertirse, de acuerdo con los últimos sondeos, como el de GFK Adimark, que le otorgó un ascendente 35% a su gestión.
Sorteando mares tormentosos o aguas calmas, con logros y reveses, Verónica Michelle Bachelet Jeria, 66 años, tiene dos récords en materia política: la primera mujer Presidente de Chile y la primera en ser reelecta en el país.
En esta edición aniversario de La Cuarta, la Mandataria, cariñosamente llamada "La Jefa", conversó con nuestro diario y se allanó a una batería de preguntas no exentas de temas personales.
- Chile está cambiando en cuanto a su composición social por la llegada de migrantes y tenemos la impresión de que en el período de su mandato ha cambiado mucho más aún, ¿qué impresión le deja este fenómeno de la migración?
-No tiene nada de raro que un país tan abierto al mundo como Chile vaya cambiando. Las migraciones se han acentuado en los últimos años en muchas regiones del mundo, pero nunca ha estado totalmente ausente. De hecho, parte importante de nuestra identidad se ha construido desde la diversidad, desde el aporte de miles de extranjeros que llegaron a Chile con muy poquito en los bolsillos. No lo olvidemos. Tampoco olvidemos que hay muchos compatriotas en otros países, que también se han ido con lo puesto a hacer sus vidas. Fíjese que al menos medio millón de chilenos y chilenas viven hoy en Europa, Australia y en países de la región. Entonces, no debemos sorprendernos, así es cómo funciona el mundo hoy, cada vez más globalizado.
- ¿Significa esto que no hay nada que hacer al respecto?
-Por supuesto que no. Tenemos que hacer los ajustes necesarios para que la migración se haga en forma ordenada, con transparencia para todos y así sea una oportunidad de progreso para todos. Yo sí pediría una cosa: seamos serios cuando discutamos este tema, con datos en mano, sin mitos y sin xenofobia.
- ¿Qué cree usted que quedará en el tintero para una legislación que regule bien la migración y que deje contentos a los chilenos y a los futuros chilenos?
-Es evidente que tenemos que hacernos cargo de los vacíos que tiene la ley actual, que ya está superada. Por eso, en agosto enviamos un proyecto de ley, y creo que es una muy buena propuesta para que actualicemos nuestra normativa.
- ¿Qué dice el proyecto?
Se crea un Registro Nacional de Extranjeros, porque, como decía, debemos partir de cifras concretas. Se establecen obligaciones a respetar y se definen causales de prohibición de ingreso a Chile. Desde usar documentos falsos hasta tener una condena o juicios pendientes por asociación ilícita, tráfico de drogas o armas. Es decir, nuestro proyecto fija reglas claras y estrictas que permitirán un mejor control.
Pero las reglas también sirven para proteger del abuso a los niños y a las personas que vienen a aportar su esfuerzo y capacidades al desarrollo de Chile. Entonces, damos herramientas para que se acaben las redes de tráfico o de trata de personas. Y, por último, es importante que tengamos distintos tipos de permisos de ingreso al país, que correspondan realmente al motivo del viaje.
En definitiva, con este proyecto de ley cumplimos con el objetivo que nos planteamos: tener una migración ordenada, que proteja a las personas en toda su dignidad, pero que deje fuera las malas prácticas.
- ¿Será su herencia para los futuros chilenos?
-La verdad es que creo que, antes de este, ya hay muchos otros logros que servirán para los futuros chilenos, desde lo que hemos hecho en educación a lo que hemos hecho para preservar el medio ambiente. Pero el tema de las migraciones también necesitaba que nos pusiéramos al día. Lo primero es que nuestro proyecto se convierta pronto en ley, para lo cual confiamos en el trabajo de los parlamentarios.
Pero por sobre todo, tenemos una tarea colectiva y que pasa más por un cambio cultural. Tenemos que mirar a Chile cómo lo que es: un país diverso, dinámico, en que todos tenemos el mismo derecho a ser felices, independiente de nuestros orígenes, nuestras preferencias o el hogar en el que nacimos.
- ¿La Moneda es realmente la casa donde tanto se sufre?
-Seamos justos, eso ha cambiado harto desde la época de Arturo Alessandri. ¡Además, se sufre mucho más en el estadio viendo a la roja fuera del mundial! La verdad es que estar en La Moneda es, sobre todo, un honor, porque es un lugar incomparable para aportar a mi país. Si hay malos ratos, eso viene con el cargo.
- ¿Puede hacer un ranking de los más chispeantes, aburridos, flojitos, aplicados, distraídos de su gabinete?
-Hay muy buenos candidatos! Es difícil superar el buen humor de Aleuy, el aguante de la ministra de Educación o la "chispeza" del ministro Eyzaguirre. No, esto es como en el fútbol, esto queda en el camarín y para el análisis interno. Lo importante es que todos se han sacado la mugre para que les cumplamos a los chilenos. ¡Es cosa de mirar las canas y arrugas de los ministros y ministras al momento de partir!
- Por ciclo económico, se vienen buenos tiempos para Chile, pero a usted le tocó bailar con la fea. ¿Cree usted que será más fácil para quien la suceda? ¿Siente orgullo de lo hecho en tiempos no tan halagüeños?
-Independiente de si es linda o fea, siempre hay que saber bailar bien. Así es la política y así es la economía. Entonces, claro que me habría gustado que nos tocaran mejores condiciones internacionales o un precio del cobre más alto. Pero me queda la tranquilidad que incluso con una economía desacelerada, logramos la gratuidad, capitalizamos Codelco y tuvimos inversiones históricas en salud, vivienda y obras públicas. Es un asunto de prioridades. Siempre voy a querer lo mejor para Chile, independiente de los colores políticos. Así que espero que el próximo Presidente haga aún más por lo chilenos, aprovechando que les tocará un período de vacas gordas. ¡Tiene harta pega!
- ¿Acaso ha pensado en un tercer mandato?
-Está bueno ya, dos mandatos es más que suficiente! Además que han sido ocho años con harto ajetreo.
- ¿Qué le pediría a quien la suceda en Palacio?
-Le pediría que siempre ponga a los chilenos y sus necesidades por delante, eso es lo único que cuenta. Y por eso que no tema hacer los cambios que aún nos faltan para que tengamos un país más equitativo.
Pero por lo mismo le pediría que no retroceda a lo que teníamos antes. El mundo cambió, las viejas recetas ya no sirven.
Que piense en los miles de estudiantes que hoy estudian gratis y en los que aún no pueden hacerlo, en los profesores que ahora tienen mejores condiciones laborales. O en las miles de familias que pueden dejar a sus niños en salas cuna y jardines infantiles de primer nivel. O en los miles de pacientes que al fin tienen mejores centros de salud u hospitales. En otras palabras, que continúe por la senda de mejorar la calidad de vida de los chilenos y chilenas con más justicia.
- Saliendo de La Moneda, ¿tomará vacaciones largas o será algo breve para su nuevo trabajo?
-¡Allí me esperan mi huerto y mis semillas de tomate! Fuera de broma, el único plan que tengo definido es recuperar horas de sueño. Lo más seguro es que aproveche de dedicar tiempo a las cosas que me gustan: a cocinar, leer, ver películas, en fin, tantas cosas que he dejado de hacer durante este tiempo. Pero, conociéndome, no sé cuánto me vayan a durar las vacaciones…
- La ONU dicen por todos lados que es su destino. Y si llega por esos lados en defensa de la mujer, ¿qué piensa de las denuncias de acoso, ya no solo en Estados Unidos, si no en el mundo entero?
-¡No sé de dónde salen tantos oráculos, pero yo al menos no tengo ningún trabajo ni en la ONU ni en ninguna parte! Pero vamos al fondo de su pregunta: la defensa de las mujeres, la lucha por la equidad de género es un tema que me apasiona y que, sin duda, me interesa muchísimo, así que desde donde pueda aportar, lo haré siempre.
Respecto a las denuncias de acoso, me parece muy bien que las mujeres se estén atreviendo a denunciar, porque es importante que estos temas salgan a la luz, que se hable de estos temas. Y claro, que los responsables tengan algún tipo de castigo, aunque sea social. Esto debe servir para que eduquemos, como ejemplo para las nuevas generaciones, para que nunca más los abusos sean algo normal.
- ¿Le produce agrado que su hija pololee con un músico?
-Como cualquier mamá, a mí sólo me importa ver felices a mis hijos. Y si mi hija escoge estar con un músico, un ingeniero o un médico, es su decisión. Que la quiera y respete, por supuesto. Ah, ¡que no me diga suegra y que me ayude con la plantación de tomates!
"La Jefa" y sus tareas pendientes
A tres meses de dejar La Moneda o "la casa donde tanto se sufre", como la bautizó el ex Presidente Jorge Alesandri, en atención a las múltiples tareas y sinsabores que deben enfrentar los mandataruos, la Presidenta Bachelet se refiere en este cuestionario a las tareas que le quedarán por ejecutar.
Lo hace sin un dejo de pena o frustración, por el contrario, los deja como un desafío para los que vendrán.
"Siempre hay cosas que uno podría haber hecho mejor o más rápido. También pasa que me encantaría que los resultados pudieran verse lo antes posible. Piense en el combate a la delincuencia: pese a todo lo que se ha hecho para que haya más Carabineros, más comisarías y vehículos policiales, un mejor trabajo a nivel municipal, sigue habiendo mucho temor en la población".
Agrega que "entonces, a veces se cumplen las metas, pero los resultados no son inmediatos. También me habría gustado avanzar más rápido con el tema de las pensiones. O bajando esa cifra de la vergüenza que son los femicidios. Pero en cuatro años no se puede hacer todo. Esa es la gracia de la democracia, que los que vengan sigan construyendo sobre lo que hemos hecho".
Lo que va a extrañar
Entre las muchas personas, situaciones y cosas que Bachelet extrañará al dejar La Moneda fue emocionante para ella señalar que "me cuesta pensar en una sola persona, es mucha la gente que está presente en las buenas y en las malas… pero hay muchos trabajadores que no salen en la tele y que hacen que La Moneda funcione: garzones, choferes, la guardia de Carabineros, las secretarias, los estafetas. Es mucha gente la que todos los días regala una sonrisa y se levanta al alba para hacer la pega. Y los perros de Carabineros, que son unos labradores preciosos".