Bandera del terremoto flamea en una oficina

Durante tres años la bandera del terremoto del 27/F patiperreó por todo Chilito. Estuvo en la mina San José cuando quedaron atrapados los 33 titanes y participó de una tracalá de ceremonias para conmemorar la tragedia.

Hasta hace una semana descansaba dobladita dentro de una caja metálica, al lado de una imagen de San Alberto Hurtado, en la casa de Daniel Marín, quien ahora es su ex dueño.

La madrugada del sábado el emblema pasó a manos del empresario Pedro Pablo Rivas, quien se la llevó pa' la casa por 8 palitroques, en un remate realizado por el Desafío Levantemos Chile.

A Rivas no le importó recibirla descosida, desteñida y sucia, su único fin era colaborar con la causa, según soltó al diario pop.

"Con nuestra empresa GPS Property compramos una mesa en el remate. Luego vimos la bandera y nos pareció una buena instancia para tener este tesoro para el país. Queremos que sirva como una cuestión motivacional, para que la gente tenga buen espíritu", contó.

La pondrán en la ofis, en la sala de reuniones de la consultora para que todos los trabajadores puedan admirarla. Además le pegarán una placa, donde quedará inmortalizada la fecha en que la adquirieron.

"También le agregaremos una imagen pequeña del joven que se fotografió con la bandera después del terremoto, para que todos sepan su origen".

Ya mandaron a enmarcar el símbolo patrio. La idea es que quede protegido, pero que a la vez sea fácil de sacar, en caso de que alguien quiera pedirla prestada.

"La pasaremos en ocasiones importantes o para colaborar en alguna acción de beneficiencia", señaló.

Por estos días el cauquenino Daniel Marín anda bajoneado por haber entregado la bandera, pero no le quedó otra salida.

Acogotado por las deudas, el hombre decidió venderla hace un mes a través de internet, por la módica suma de 2 palos y medio.

Luego retiró la oferta porque prefirió donarla al Desafío Levantemos Chile. Eso sí, le caerán sus billullos por este acto generoso. "El Desafío me propuso ponerla en la subasta a cambio de que me entregaban una parte del dinero. Esto me dejó más conforme y tranquilo, porque así la bandera sería un aporte para ayudar a los demás".

Dice que el monto aún no se ha fijado, aunque espera que supere lo que puso a través de la web. “Sigo en Santiago, esperando que me llamen”.

A un museo

A Bruno Sandoval, quien aparece con la bandera tras el desastre natural, le cayó como patada en la guata la subasta.

“Me hubiese gustado que se hubiera ido a un museo porque era una pieza histórica (…) nunca estuve muy de acuerdo con el tema de la venta. Encuentro que han manoseado demasiado el emblema”.

Junto a esto le sugirió al nuevo dueño que la cuidara como hueso santo.

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