Carlos Álvarez lleva casi 30 años tras autos de carrera. Cuenta que con la llegada de la Fórmula E a Chile se le encendió la ampolleta, que fue su trampolín para llegar a lo máximo del automovilismo.
Cuando chico, Carlos Álvarez aprovechaba cada momento para jugar con sus autitos. Jamás imaginó que a sus 29 años vería uno en vivo o que, mejor aún, trabajaría en la Fórmula 1 como banderillero.
Ser un "hinchapelotas", como se define, le abrió pasó en la F1, donde ya participó del GP de México el año pasado y ahora espera repetirlo en Estados Unidos, siendo el único chileno.
"Es un sueño desde niño, de cuando mi tío corría en Fito 600 en la Villa olímpica, además mi papá es mecánico, a mí me encanta la mecánica, entiendo de motores, siempre seguí las carreras y cuando la Fórmula E necesitaba gente, me metí a los cursos, hablé con los encargados de otros países y los hinché hasta el cansancio, pero me llamaron. La Fedech (Federación de Automovilismo de Chile) me apoyó, así que fui el pionero de esto en Chile", relató.
La pega de Carlos en Chile fue estar al costado de la pista para mostrar las banderas a los bólidos que lo rozaban a 200 km/hr, pero en la F1 tuvo que aprender otro oficio y entró a la pista. "Allá tuve que limpiar el paso de los autos, me capacitaron para que si pasa un accidente tengamos que sacar al piloto, somos los primeros en saltar en caso de cualquier cosa, así que de banderillero pase a safety, pero yo estoy preparado para todo lo que pase", confesó.
Aunque para llegar al GP de EE.UU., que se corre el próximo 3 de noviembre, tiene un sólo problema: las lucas. "En Chile pagan viático, pero afuera todo corre por mi cuenta. He estado moviéndome por todas partes para financiar el viaje, los pilotos del autódromo de Quilpué me van a ayudar con una parte, también hablé con la gente de Impulso Inicial de Andrónico Luksic, así que espero respuesta, como sea estaré", afirmó.
Desde fundación le dijeron que en unos días tendrá respuesta para representar a Chile, pero como la F1 funciona a ritmo bestial, él ya realizó los trámites se hace con tiempo. "Ya tengo pasaporte y visa, sólo me falta estadía y el pasaje, mi idea es estar en Austin el 28 de octubre, además, como no habló inglés me voy a quedar con la gente hispano parlante que trabaje ese día. Es increíble porque cuando fui a México tuve que estar todo el día, ayudando en las carreras previas a la Fórmula 1 hasta que llegó lo que todos soñamos. Ver pasar los autos tan rápido frente a ti es un sueño", detalló.
Y con una experiencia bajo el brazo, Carlitos ya sabe cómo es el "backpits" del circo, sacando su lado más criollo. "Hay algunos pilotos que son más estrellitas como se dice. Los traen y los sacan altiro, quieren todo rápido, ni sea dan el tiempo de saludarte. El año pasado sólo pude sacarme fotos con Carlos Sainz JR. que tuvo la voluntad de escucharme y estar con mis compañeros. Por mi hablaría con todos, pero hay cosas que son muy rigurosas, nos dicen que tenemos que hacer, no podemos pasar los límites, pero sé que esta año algo lograré", señaló.
Para él, conseguir una selfie con Max Verstappen sería como lograr el título mundial. "Ojalá poder conversar con gente de Red Bull, que es la escudería que yo sigo para conocer a Max, ojalá que se concrete, quiero llegar a ellos, tener una foto, no pido más que eso", contó.
Carlos sabe que, de cierta forma, representará a Chile en este tremendo desafío. Por eso no dudó en pedirle consejos a Eliseo Salazar.
"Le tengo mucho respeto, cuando fui a México me habló sobre la importancia que tenía mi rol, eso me motivó aún más. Todo lo que me contó espero llevarlo a cabo, porque sé que represento a Chile", concluyó.