“Bastardo infiel…”: tras dos años con su novio… ¡se enteró de que tenía esposa e hijos en otro país!

El hombre le comentó que viajaría a su país para visitar a su familia, pero que pronto regresaría. Eso nunca se concretó. Entonces, preocupada, ella buscó información sobre su paradero en Facebook. Allí le contaron la triste verdad.

Por razones principalmente laborales, ambos coincidieron en Shenzhen, ciudad al sureste de China que conecta a Hong Kong con el territorio continental. Ella, de 26 años, oriunda de Carolina del Norte, Estados Unidos. Él, de Norwich, Inglaterra. Era plena época de pandemia, y mientras en el resto del mundo, millones lamentaban el encierro, la falta de oportunidades o el teletrabajo, las reuniones por Zoom y por supuesto, los desenlaces fatales, ellos disfrutaban de una inesperada relación.

Así se mantuvieron por cerca de dos años Rachel Waters, la joven estadounidense, jugadora profesional de vóleibol, y su flamante novio, Paul McGee. Hasta que aparentemente el coronavirus se aplacó y las restricciones, sumamente fuertes en el gigante asiático, comenzaron a ceder.

Entonces, Paul le comunicó a Rachel que volvería a territorio británico por algún tiempo para encontrarse con los suyos, a quienes no veía desde hace ya un período bastante extenso. Ella, claro, lo entendió y le dijo que lo esperaría. Eso pasó en abril.

Pero todo cambió al poco andar. Porque Paul dejó de responder, de darle señales. Es más, nunca regresó.

rachel waters

Evidentemente preocupada por el improbable escenario, por los “vistos” de su novio, pensando quizás en lo peor, Rachel decidió tomar el toro por las astas y buscarlo a como dé lugar. Lo primero que hizo fue meterse a su cuenta de Facebook y navegar entre grupos de personas en Norwich, ciudad de Paul. Más tarde se decidió por uno, y disparó:

“Tengo una pregunta inusual. Mi novio, Paul McGee, y yo vivimos en Shenzhen, China. Se fue a casa a principios de abril para visitar y se suponía que ya estaría de regreso en China”, escribió de entrada.

rachel waters

Luego completó, explicando que “no he tenido noticias suyas recientemente y me preocupa que algo haya pasado. Si alguien sabe de algo, por favor comuníquese conmigo”. Acompañó el mensaje con una imagen que ambos se habían tomado en China.

Lo cierto es que Rachel, a esas alturas, no tenía muchas esperanzas. El grupo al que había ingresado, por más que fuera representativo no se acercaba ni por asomo a los 150 mil habitantes que viven en la ciudad. Pensó, de hecho, que no obtendría mayores respuestas. Y quizás, de algún modo, hubiera sido lo mejor. Pero no: un día le respondieron. Y con ello, la destrozaron.

Un amigo de Paul McGee llegó a la publicación y reveló una información que la joven de 26 años no manejaba. Bah, que ni siquiera sospechaba:

“¡Él tiene una señora e hijos y realmente lo siento por ella en este momento!”, respondió.

De este modo, Rachel se enteró de que el tipo que esperaba, al que amó los últimos dos años de su vida, había dejado China y a ella para volver a Inglaterra, pero sin las intenciones que le comentó en un principio. No iba a volver. Se había ido para regresar a su antigua relación, una que nunca le mencionó, con su esposa e hijos.

Aunque Rachel participó de la “discusión” en su publicación, respondiendo a algunos tipos que se rieron, al rato se aburrió. Eliminó el mensaje original, entendiendo que ya no había nada más que hacer. Solo sacar de su vida al mentiroso.

rachel waters

“Paul y su pareja no se vieron durante dos años. Recientemente regresó, y volvieron a estar juntos. Se habían separado y tienen hijos. Han pensado: ‘Vamos a darle otra oportunidad’”, confirmó un amigo de Paul McGee al matutino The Sun. El tema es que tomó esa decisión sin antes ponerle un final a su aventura con la jugadora de vóleibol estadounidense.

Consultada por la situación, la joven se descargó en sus redes sociales. Subió una selfie, acompañada por el comentario “Sí, he visto el artículo”, y cerrando con el hashtag “#cheatingbastard” (Bastardo infiel).

rachel waters

La prensa británica, por cierto, fue en la búsqueda de Paul McGee y su familia para hablar sobre este caso de (des)amor en tiempos de pandemia. El hombre, como era de esperar, prefirió mantener el silencio. Su madre, en cambio, atendió a la prensa, pero sólo para decir que sí, que estaba enterada de la historia y las publicaciones al respecto. Después, ante la insistencia de los medios, también optó por callar.

Rachel Waters, por su parte, parece haberle dado vuelta a la página. Prefiere no hablar sobre el tema. Aunque sabe que poco importa. Al fin y al cabo, ya dio la vuelta al mundo y se hizo viral.

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