"Fue terrible. Yo me estaba maquillando, mientras esperaba que mi amiga saliera de la ducha, cuando me fijé que este tipo no dejaba de mirarme y se rascaba mucho la pierna", contó aún impactada la "señorita K", víctima del espectáculo antideportivo.
"De pronto la situación se volvió sumamente incómoda. Él no paraba de mirarme y de mover su mano, así que me di vuelta para encararlo y noté lo que estaba haciendo", aseguró horrorizada la chiquilla, de 19 años. Consternada y en estado de shock, a la lola le tiembla la voz cuando recuerda al canchero, como se les llama a los encargados de mantener las canchas, con sus pudores al aire.
"¡Nooo!", le dijo la señorita, pero él pidió "dos más", así que la pelotera arrancó de la salita donde esperaba a su colega. "Cuando el tipo quedó frente a mí con los pantalones abajo, y siguió haciéndolo sin inmutarse, a mí me dio mucho susto, por lo que corrí y pedí ayuda", explicó la ofendida. Tras el aviso, la administración del recinto llamó a Carabineros, quienes detuvieron a C.R.L.L. (38) y le bajaron de una su empinada carrera al Top Ten de los depras.
Tras su captura, en superficie de polvo de ladrillo, el impúdico pasó la noche en la comisaría y ayer fue formalizado en el Centro de Justicia. Como C.R.L.L. no tenía otras yayas en el circuito, el fiscal Marco Antonio Paredes propuso la suspensión condicional del procedimiento, por lo que el imputado se fue cabizbajo para su casa. La jueza de silla del Cuarto Juzgado de Garantía, Carolina Herrera, determinó que el sujeto no podrá acercarse al complejo deportivo ni a su víctima por un año.
Además de su revés judicial, el canchero fue eliminado en primera ronda de su pega, con un potente sobre azul paralelo que le quebró el servicio. "Fue un malentendido. La niña se confundió. Ellos inventaron esto para echarme. Tal vez me vio rascándome, o acomodándome la ropa interior, nada más", alegó el imputado tras salir del tribunal.
