El uniformado es el único experto forense en insectos dentro del Labocar. Con casi dos décadas analizando a los microorganismos que colonizan un cuerpo tras la muerte, sus indagatorias podrían ser clave en la investigación.
El suboficial mayor, Aaron Jara, no es un policía común: es el único experto entomólogo (estudia insectos) que tiene el Laboratorio de Criminalística (Labocar). Ahora, su nombre —otra vez— puede tomar vital importancia, porque viajó a la zona de Caripilun, comuna de Arauco, en busca de pistas en la naturaleza que aporten a la teoría del caso que maneja el Ministerio Público: hasta ahora, el único sospechoso del presunto crimen es el tío abuelo del niño, Jorge Escobar, quien será formalizado hoy.
Como relata un reportaje publicado en BioBío, Jara ya no se encuentra en la zona, sus labores ahí terminaron. Viajó a Santiago con el material recogido, e inició las análisis que debiese entregar en los próximos días.
La aparición del entomólogo en la investigación vino luego de que el cuerpo de "Tomasito" fuera encontrado en una zona denominada "cuadrante 24" por la PDI, a poco más de tres kilómetros de donde supuestamente su tío abuelo lo vio por última vez.
Un largo trayecto
Aarón Elías Jara Peñailillo es oriundo de Lota, Región del Bío Bío, y nació el 17 de noviembre de 1970. Hizo el Servicio Militar en Punta Arenas y egresó de la Escuela de Formación Policial en 1992. Ahí se desenvolvió en distintas unidades de labores operativas
Pero fue en el 2000 cuando postuló al curso de criminalística institucional, instancia que cambiaría su forma de investigar. Antes buscaba delincuentes o tomaba declaraciones; hoy, traduce la información que le entregan larvas, parásitos o gusanos en un sitio del suceso, los primeros microorganismo que, dependiendo el clima y del lugar, llegan al cuerpo a realizar su papel en el ecosistema.
"El 85% de los seres vivos de la tierra son insectos, y a la hora de investigar (…) son los primeros en llegar a la escena del crimen", contó Jara al diario La Cuarta.
Además, en una entrevista con Tele13 Radio, planteó que "podemos establecer cuándo falleció una persona en situaciones en las que el cadáver lleva un estado avanzado de descomposición. Los insectos son un reloj biológico para los entomólogos".
Su labor siempre empieza después de la muerte.
Pero, al mismo tiempo, su trabajo está a punto de terminar. Tras 29 años de servicio, Aarón Jara inició oficialmente el lunes su proceso de retiro. Han sido veinte de trabajo en el Labocar. Se perfeccionó en Argentina, se licenció en gestión ambiental y se diplomó en Entomología Agrícola, entre otras distinciones en su currículum.
También, conoce se maneja taxidermia, que es la técnica de disecar animales.
Otros casos
Uno de casos más mediatizados en los que participó fue el homicidio de Fernanda Maciel, la joven asesinada en Conchalí en febrero de 2018 por Felipe Rojas, amigo y único formalizado en el caso. Ella estuvo desaparecida por casi 500 días. Pero los insectos revelaron el paradero de sus restos en junio del 2019. El cuerpo estaba enterrado a pocos metros de su casa, cubierto con cal, cemento y algunos escombros.
Cuando Jara se retiró del lugar, las cámaras de televisión lo grabaron mientras cargaba su maletín, el cual tenía impreso: "Entomología Forense".
También fue convocado en el crimen de Bastián Bravo, quien desapareció a sus 20 años en noviembre de 2013, siendo ubicaos sus restos en enero de 2014.
Además, tuvo un rol central en la investigación de la secta de Pirque en 2008. En ese entonces fue llevado al caso por petición explícita del fiscal que lideraba el caso, Alejandro Sánchez. "Había fallecido una joven embarazada que no recibió atención médica a tiempo, por lo que sus cercanos, liderados por Paola Olcese, la enterraron sin autorización", contó al diario pop. "Fue gracias a la Entomología que pudimos resolver el puzzle policial".
Aunque Jara deje la institución, sabe que no le faltará trabajo; figura en la lista a la que recurre el Ministerio Público para sus investigaciones.
Son pequeñas pistas, muchas veces invisibles al ojo humano, las que se pueden transformar en elementos claves cuando se investiga un homicidio. Así, muchas veces las labores de la Labocar y, en ocasiones, particularmente las del suboficial Jara, resultaban definitorias en el éxito (o no) de la investigación.
Jara ya inició el trayecto final de su carrera en Carabineros, pero antes buscará entregar alguna certeza a la familia Bravo Gutiérrez, antes de que se haga tarde.