En abril del 2006 un paparazzo inmortalizó a la presidenta alemana Angela Merkel a poto pelado mientras se cambiaba el traje de baño.
Mucho más a la imaginación dejó nuestra Jefa, que ayer fue sorprendida chapoteando en las playas de Costa do Sauípe, en medio de su participación en la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo, realizada en Brasil.
Doña Michelle lucía un clásico traje de una pieza negro con poco rebaje y unas franjas blancas entrelazadas en los tirantes del sostén. Un referente de las mujeres maduras de nuestro país.
Mucho más atrevida fue su amiga y directora de programación de La Moneda, María Angélica Álvarez. La señora, conocida como "Jupi", se metió su edad al bolsillo del pantalón que dejó en la arena y se bañó dentro de un bikini negro.
Cuando las chiquillas cacharon a los sapos de la prensa, aparentemente se sintieron incómodas y se cubrieron con la toalla blanca del hotel y sus pareos individuales.
En la tarde, Bachelet posó en la fotografía oficial de la movida que marcó la clausura de la cumbre. Los mandatarios vistieron de manera informal. Nuestra Jefa usó un traje azulino, tan conservador como su bañador.
LO HUMANO
El salvavidas del Gobierno, Francisco Vidal, explicó que Bachelet se levantó a las 6 de la madrugada y las fotos fueron captadas media hora más tarde, antes de que comenzara su participación en las actividades oficiales de la cumbre.
"Cuando uno se levanta en la mañana tiene como tres opciones: Seguir revolcándose en la sábana, bostezando; otros salen a correr y a la Presidenta le gusta bañarse si hay playa", explicó don Pancho, quien agregó (como si no lo supiéramos) que la Mandataria "es un ser humano normal, que se saca la mugre trabajando por todos nosotros y por Chile... en consecuencia, que ella se levante si está frente a la playa, me imagino, y vaya y se pegue un chapuzón, además con la Jupi, ¿qué problema?".
Por último filosofó onda ser, o no ser: "La pregunta de fondo es, ¿tiene vida privada una Presidenta o un Presidente? Uno quisiera un poquito".
Y concluyó que al final la privacidad de los hombres y mujeres públicos "queda más bien al criterio del que saca las fotos".
AROUND
Como no todos los días una Jefa de Gobierno es cachada en traje de sirena, las fotos de la Presi dieron la vuelta al mundo.
El diario El Universal de México puso "un momento de relajo se dio la Presidenta...". La agencia Andina de Perú escribió: "No pudo sustraerse al encanto de las playas cariocas". La Voz de Galicia, con su particular humor, la justificó: "No todo van a ser reuniones diplomáticas, aguantar discursos y aguantar la situación de sus países...". ¡Grande!
A ELLA SÍ, PERO A SU GOBIERNO... NO
Antes de su baño de mar, en un estudio de opinión realizado en diciembre por Ipsos, La Jefa obtuvo un 56,8% de aprobación. El resultado del análisis es mucho más bacán que el 46,9% que alcanzó en el último sondeo de la empresa, tomado en agosto.
La aprobación de La Jefa contrasta con la baja adhesión de su Gobierno, que tiene un 38,9% de menciones positivas frente a un 57,6% de rechazo.
Entre los ministros, la mejor evaluada es la presidenta del Consejo de Cultura y las Artes, Paulina Urrutia, con un 5,5. Le sigue el canciller Alejandro Foxley (5,4). Más atrás aparecen tres ministras: Laura Albornoz (5,2), Patricia Poblete (5,1) y Ana Lya Uriarte (5,0).
El único que obtiene rojo es el ministro de Transportes, René Cortázar. Se sacó un 3,9, pese a que es el segundo más conocido del gabinete, después de Francisco Vidal.