El campamento Esperanza estaba revolucionado. Familias enteras de los "33" veían nuevas grabaciones del refugio. Imágenes de un oscuro rincón para rezar y del rústico dominó que inventaron para matar las horas pasaron frente a sus ojos. Pero sólo algunos repararon en un detalle: Una Bomba- 4 pegada en una pared. Era el 25 de agosto de 2010.
El equipo creativo de La Cuarta cachó que los héroes de Atacama tenían un ejemplar del 23 de julio del año pasado, y no dudó en hacerles un regalito: Una edición especial para levantarles el ánimo y otras cosas.
No podía ser cualquier Bomba 4. Los titanes llevaban casi un mes luchando a 700 metros de profundidad y merecían algo especial. Y quiénes mejor que las tiernucha Luli y la infartante Marcia Sáenz.
Las chiquillas se pusieron casquitos, taparon parte muy sensible de su humanidad con estrellas chilenas y nos miraron el pajarito. No agarraron la picota, porque, para que usted sepa, esa herramienta está medio obsoleta en el rubro.
Uno de nuestros reporteros pop en Copiapó hizo el resto de la pega: Habló con los sicólogos a cargo del operativo y el ex ministro de Minería, Laurence Golborne, para enviar 33 ejemplares del especial a través de las ya famosas palomas. Aceptaron encantados previa ojeada a las fotitos de las modelos. Era que no.
¡SORPRESA
En la tarde del 20 de septiembre, el minero José Ojeda, famoso por enviar a la superficie el papelito que rezaba "Estamos bien en el refugio los 33", trabajaba de recepcionista en una paloma, cuando le llegó el especial regalito.
"No lo podíamos creer. La verdad, gancho, es que fue muy divertido cuando llegaron las Bombitas", contó justo a un año del derrumbe que los dejó atrapados durante 70 días.
Ojeda, adicto al diario sabrosón, pegó uno de los ejemplares de la Bomba-4 al lado de la "cama" donde dormía (si lograba conciliar el sueño). Incluso le pidió a uno de sus compañeros que lo retratara para la posteridad junto a su joyita.
"Nos sirvió mucho para recrear la vista. Nosotros teníamos una Bomba, pero ya estábamos aburridos de ver la misma... lo único malo es que, con el apuro de salir, se me olvidó sacarla", relató, entre risas, Ojeda.
Omar Reygadas, uno de los titanes más experimentados de los 33, también disfrutó como cabro chico cuando les llegó compañía femenina.
"Nos mandaron un suplicio en vez de ayuda... ¡Llevábamos más de un mes sin ver una pierna suave y nos mandas a la Luli", chacoteó Omar, quien, junto a sus colegas, hoy participará en una ceremonia a un año del comienzo de la odisea que unió al mundo.