Boquita deja la tarasca abierta con sus mansos flotadores

A Sandy "Boquita" Staniscia  (28) le vienen unos terribles soponcios cada vez que mete su maravilloso cuerpecito al agua. ¿La razón? La modelo apenas nada a lo perrito y no se hunde sólo porque cuenta con unos potentes flotadores.

"No sé nadar, por eso me meto con unos flotadores bien grandes, me encantan los que tienen formas, me parecen divertidísimos", cuenta la belleza argentina que ama tomar sol en las piscinas.

La analista de sistemas y fanática de Boca Juniors (de ahí su apodo) se vino a Chile porque le contaron que las playas de este lado son estupendas y que los guardianes de la bahía chilensis son los mejores.

- ¿Cuáles son sus flotadores favoritos, mi reina?

- Hay unos con forma de tallarín que les ponen a los nenes. Esos son fáciles de manejar en la piscina, pero en la playa me gustan unos más grandes ¿Has visto unos con forma de banana? Esos son bien seguros.

-Golosa... ¿Usted cacha que si sufriera un accidente saltarían hasta los colibríes a darle respiración boca a boca?.

- Sería bueno, porque desde que llegué a Chile que no he encontrado un salvavidas personal que me enseñe a nadar.

- Ya llegará, mijita. A todo esto, ¿le tinca servirse algo en la noche? Tengo una picada de miedo para comer guatitas...

- ¡Fresco! ¡Jamás saldría con el triple del Zafrada!

Ya, no se enoje. Es que ando en sequía. Mejor le voy  a entregar 5 papitas para  que jamás, pero jamás, se meta al agua con un mal flotador. Lea con atención.

1.- Fíjese que las instrucciones de seguridad e indicaciones del flotador estén en español. No compre el más barato.

2.- Si va a usar flotadores cache que sean de buena calidad. No debe ser penca ya que es algo que puede salvarle la vida.

3.- Hay flotadores para cada edad y porte. No le ponga salvavidas demasiado grandes a sus niños: se les pueden salir y provocar una tragedia.

4.- Si no sabe nadar no se tire al agua a salvar a alguien. Sólo empeoraría la situación. Deje que los profesionales del nado hagan su pega.

5.- Y por supuesto, no despegue la vista de los niños cuando estén en el agua. Bastan unos segundos para que se produzca un accidente.

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