El capitán le otorgó una entrevista exclusiva al "pescador" de Mega, Roberto Cuevas, y allí soltó detalles de su calvario.
"Nos asustamos mucho, cada 15 ó 20 días había que hacerle transfusión de sangre y eso es duro...", recordó y luego agregó: "Tienes un bebé de un mes de vida y no se sabe el problema que tiene. Te dicen que hay que hacerle un examen a la médula y opté por no ir a la Copa América Centenario".
Pero tras conversar con su señora Carla Pardo, el "profe" Pizzi y varios de sus compañeros, el formado en Colo Colo decidió defender nuevamente el arco del campeón vigente.
"Recibí muchas críticas al principio, pero nadie entendió que yo llegué sin entrenar. Me lesioné dos fechas antes que se terminara la liga española y aterricé en Estados Unidos unos días antes de que empezara el torneo", silenció a los chaqueteros.
El final de la historia todos lo sabemos: Emma mejoró y Bravo levantó por segunda vez consecutiva el trofeo continental.
O sea, logró dar vuelta la historia. Tal como espera que suceda ahora en Inglaterra, donde Pep Guardiola lo hace calentar la banca del Manchester City.
"El primero que sabe cuando no estoy en mi nivel, soy yo", se fue en la humilde. Y acto seguido, expresó: "Mira cómo finalizó la película en España: Mis años en Barcelona fueron increíbles a nivel de equipo y personal.
Acá me pasa lo mismo y estoy con la tranquilidad de seguir haciendo las cosas bien, de no demostrarle a nadie por qué estoy acá y seguir compitiendo con trabajo día a día. No le quité el puesto a nadie, aquí vine a demostrar mi juego, mis condiciones y a entregar mi trabajo".
Pega que ahora estará al servicio de la Roja, en esta doble fecha clasificatoria. Y es el mismísimo dueño de la jineta quien llama a tener fe en los guerreros que irán a buscar puntos a Argentina y luego le echarán la foca a Venezuela en el Monumental.
"Quiero pedirle a la gente que sigan creyendo en su Selección, más allá de los jugadores que estén en ella. Y también que respalden al cuerpo técnico", concluyó.