Bravo se comió cuatro calladito

No va a faltar el chaquetero que diga que Claudio Bravo fue el gran responsable de la derrota de la Real Sociedad en el Bernabéu, y lo culpe por no haber gritado pa' ordenar a su defensa. Pero la posta es que ni un orador como Hugo Chávez haría reaccionar a la cornetoide zaga dionostiarra.

¿Bravo mudo, dijo? Sí, es que en la semana al portero le chantaron una ortodoncia en el hoci, lesera más molesta que zancudo en medianoche, y que para más remate le impide hablar con comodidad... ¡Justo cuando visitaban al Real Madrid!

Por lo mismo, al no poder gritar con propiedad, al golero de la Roja no le quedó más remedio que encomendarse a San Rajuela y confiar en sus capacidades, ya que la defensa no lo apañó ni por si acaso.

Y no hay forma de rebatirlo, porque no iban ni 2 minutos y Bravo ya veía cómo dos pencazos merengues pasaban raspando su portería.

Ese sólo fue un aviso de lo que se venía, pues a los 7 minutelis el brasuca Kaká inauguraba la cuenta para el Real Madrid, con un zurdazo ajustado que resultó inatajable pa'l candado del equipo que jugó de oscuro.

"¡Mmm, mmm, mmm!", reclamó Claudio Bravo a su línea defensiva, que no cachó una sola de las xuxadas mudas que tiró el meta, por lo mismo, siguieron guateando y dejando al arquero a la deriva.

Nada tardó en llegar el 2-0 pa' los regalones de Mourinho, cuando Cristiano Ronaldo enchufó a los 20 minutos y dejó a Bravo literalmente sin habla.

Pero más razones tendría el enguantado de la Real Sociedad para tragarse todas sus palabras, pues el portugués "CR7" volvió a perforarlo a los 42 minutos, pepita que le sirvió al metrosexual para alcanzar a Lionel Messi como pichichi de la Liga de las Estrellas (ambos con 24).

El único que trató de entenderle algo al pobre Bravito fue su cumpa Tamudo (estaba de cajón), quien a los 71' provocó la jugada que acabó en el único descuento de los forasteros, pues un zurdazo suyo fue contenido a medias por Iker Casillas, pero la bola le dio en el caracho a Arbeloa y se fue hasta adentro.

Aunque ni gritarlo pudo, esa fue la única alegría de Bravo en el partido, pues a los 89' otra vez lo derrotaron: Adebayor marcó el 4-1 final.

Pese a su holgado éxito, al Madrid de Mourinho no le queda más consuelo que seguir mirando la cima desde lejos (está a 7 puntos), pues el Barcelona parece cada vez más inalcanzable.

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