“La persona se queda desmayada y vulnerable, así que el agresor se puede aprovechar de ella”, la describió la directora de un foro de salud pública.
Davina Cristina de Moraes Melo y Tuane Silva Da Costa, hace algunas horas fueron detenidas como principales sospechosas de haber propiciado el crimen que padecieron Andrés Orellana —en graves condiciones, aún hospitalizado— y Ronald Tejeda —quien por desgracia perdió la vida—, los dos turistas chilenos que aparecieron golpeados, abandonados en una zanja en Brasil. Se estima que ambas, presuntas trabajadoras sexuales, habrían compartido un trago con los hombres antes de la tragedia.
La tesis que en estos momentos maneja la policía de Río de Janeiro también contempla como eje central el uso de un estupefaciente llamativo no sólo por su efecto sino también por cómo se le conoce: Boa Noite, Cinderela, o en español Buenas noches, Cenicienta.
“Ellas niegan el crimen. Dicen que conocieron a los chicos, se quedaron con ellos en Lapa —barrio bohemio en Brasil— y eso fue todo. Pero sabemos que mienten”, sostuvo con respecto al caso la delegada de la fuerza de orden local Patrícia da Costa Araújo.
Pero, ¿qué es específicamente esa droga que más parece una secuela de terror de la película?
Buenas noches, Cenicienta
Su nombre bastante la describe: es una mezcla de variadas sustancias que, al tomarlas a la vez que una bebida alcohólica, puede causar estragos. Básicamente desmayos e inconsciencia, según reveló una investigación del medio brasileño UOL.
“Entre los químicos utilizados en la estafa”, explican allí, “se encuentran la escopolamina, subproductos de la dimetiltriptamina, la ketamina, el flunitrazepam, el gamma-hidroxibutirato (GHB) y algunos antihistamínicos. Una o más de estas sustancias tomadas junto con el alcohol forman la droga”.
Más allá fue la directora ejecutiva del Foro Brasileño de Salud Pública, Samira Bueno, quien dictaminó que el estupefaciente, con una preocupante fama desde 2016, se utiliza “con el fin de violar”.
Explicó: “La persona se queda desmayada y vulnerable, así que el agresor se puede aprovechar de ella. Es muy común que las víctimas después apenas se acuerden de lo sucedido y difícilmente se puede hacer una denuncia”.
¿Algunos de sus síntomas? Amnesia, inconsciencia, somnolencia, alucinaciones, vómitos e inclusive, en los casos más graves, estado de coma.
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