Investigadores nacionales estudiarán la vegetación y organismos de la Antártica para descubrir nuevas opciones de medicamentos en base a productos químicos naturales.
A contracorriente de lo que está pasando en el mundo, donde los científicos han puesto sus ojos en el desarrollo de compuestos sintéticos, un grupo de investigadores nacionales apuestan por algo totalmente opuesto: buscar nuevas aproximaciones terapéuticas en base a productos químicos naturales.
Esta es la visión de Nibaldo Inestrosa y sus ocho colaboradores, quienes se trasladarán al sur del mundo a encontrar un nuevo futuro en el desarrollo de los medicamentos.
Sí, porque investigarán la vegetación y algunos orgamismos de Punta Arenas y la Antártica, pues en esta zona del mundo tienen la particularidad de soportar condiciones de estrés importantes, como bajas temperaturas, vientos fuertes y poca luz durante períodos prolongados, lo que ha permitido que desarrollen sus propias -y muy especiales- defensas.
"Desde los 70 que no se encuentra casi nada nuevo en materia de medicamentos en Chile y en el mundo. Hay que buscar en las zonas inexploradas del universo, y por eso nosotros estudiaremos productos endémicos y desarrollaremos nuevos fármacos, tests diagnósticos y terapias enfocadas en las enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento", explica Inestrosa, director del Centro de Envejecimiento y Regeneración (Care UC).
En asociación con la Universidad de Magallanes, próximamente se inaugurá el Centro de Excelencia Biomédica de Magallanes (Cebima), lugar en el que se trabajará en esta aventura en el fin del mundo que tiene como fin revolucionar lo que hasta hoy existe en el área del desarrollo de medicamentos.
Las metas son altas, sobre todo empezar a trabajar con productos extraídos de nuestra propia tierra. "El trabajo científico que hemos realizado estos años en Care UC se ha basado en el estudio de productos, químicamente, purificados de origen natural que provienen de la India o de China. Nos ha ido muy bien con estos compuestos, pero son ya conocidos. Ahora vamos a buscar cosas nuevas, nuestras, chilenas y que puedan ser mucho más potentes", enfatiza el neurobiólogo.
Además, Inestrosa destaca que no es posible que estas riquezas propias sean desaprovechadas por el sólo hecho de no investigarlas en terreno. "No podemos permitir que investigadores extranjeros vengan de paseo y se lleven especies autóctonas, sin pagar un peso".
Hasta el momento, las expectativas son altas, ya que en aventuras personales, Víctor Fajardo, químico orgánico y aficionado al trekking, descubrió hace seis años, cuando era rector de la Universidad de Magallanes, un pequeño helecho en el Glaciar Tyndall, llamado huperzia fueguina, que al ser estudiado reveló un potencial para el tratamiento del Alzheimer.