Cabro acusado de apalear a un verde libró piola

El ministro de Justicia, Teodoro Ribera, tiró pa' colina con la idea, tras un lote de movilizaciones en contra.

Con vítores y aplausos cercanos a Cristóbal Andrés Bravo Franke (22), el "Mono", celebraron en los tribunales de garantía la libertad del cabro dictada por la justicia.

El muchacho fue detenido el jueves supuestamente por causar lesiones graves al sargento 2º de Carabineros José Miguel Inostroza.

Los hechos acaecieron el 11 de septiembre al interior del Cementerio General, relató la fiscal de la zona Centro Norte, Ninoska Mosnich.

En la audiencia de formalización, la fiscal indicó que alrededor de las 13.30 horas de ese día Inostroza montaba su caballo cuando ambos fueron atacados.

El policía cayó al suelo, momento en que un piño en el cual habría estado Bravo -según la policía- lo golpeó a punta de patadas y combos.

De acuerdo a los antecedentes aportados por el Ministerio Público, entre los que se incluyen imágenes de Bravo en el grupo que agredió al sargento, el imputado le sacó el casco de protección a la víctima.

La Fiscalía Centro Norte estimó que Bravo es un peligro para la seguridad de la sociedad, razón por la que solicitó su cana preventiva.

El cabro, que cuenta con irreprochable conducta anterior, denunció que al momento de su detención fue encapuchado y subido a un auto en el que habría sido agredido por efectivos de civil de Carabineros.

Tras escuchar los argumentos del Ministerio Público, el Ministerio del Interior, representado por el ex fiscal Alejandro Peña, y Luis Molina, abogado de Carabineros, el magistrado Rodrigo Palma determinó dejar a Bravo firmando cada 15 días en la fiscalía.

Según el juez, no queda establecido que el acusado haya sido el causante de las lesiones de Inostroza. A la salida del tribunal, Bravo le mandó un manotazo a un camarógrafo.

El abogado Molina dijo que el actuar de Bravo constituye un homicidio frustrado y lo que ocurrió en el cementerio fue una emboscada.

La fiscal Mosnich precisó que estudiarán si apelan.

Por su litro, Julio Cortés, defensor de Bravo, señaló que no hay indicios que su cliente sea el autor de las lesiones.

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